Tras recoger la estatuilla de los Goya a mejor actor por la cinta Dolor y gloria, Antonio Banderas pasó este lunes por Barcelona camino a Estados Unidos para encarar la recta final de la carrera por los Óscar. El actor aseguró que se siente “relajado, porque no soy favorito”.
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“Para que te nominen no basta con una buena interpretación, también hay que decir: quiero el Óscar y hacer promoción”, mencionó.
Banderas compite por el Óscar a mejor actor por Dolor y gloria con rivales de la categoría de Joaquin Phoenix, Leonardo DiCaprio, Jonathan Pryce y Adam Driver. “Tengo competidores que actúan en películas taquilleras y habladas en inglés, mientras nosotros tenemos un filme precioso, pero pequeño y hablado en español, que no es el idioma principal de Estados Unidos, así que tenemos pocas posibilidades”, aseguró.
A pesar de todo, el intérprete español viaja a EEUU dispuesto a entrar en la maquinaria de las entrevistas y la promoción y “con muchas ganas de ver a mis hijos y pasarlo bien”.
Banderas no ha entrado en el ‘juego de la carrera del Óscar’ hasta ahora porque estaba haciendo algo importante: interpretar el papel de Zach en A Chorus Line, la obra con la que inauguró el Teatro del Soho de Málaga, su ciudad natal,
Banderas eligió esta pieza para inaugurar la sala teatral porque “es un musical que supuso un cambio de paradigma en Broadway, que dejó de contar la historia de un joven que logra triunfar para contar las historias de todos esos bailarines que nadie conoce, pero que son los que mantienen vivo el teatro musical”.