René Higuita es uno de los nombres más queridos del fútbol colombiano. El exguardameta de la selección colombiana y del Atlético Nacional, ha sabido diversificar sus intereses más allá de las canchas. Poseedor de varias empresas que le generan satisfacciones adicionales, una de ellas destaca por estar estrechamente vinculada a su imagen. Descubre en este artículo las iniciativas empresariales a través de las cuales el antiguo portero de la selección mantiene su patrimonio.
La finca familiar situada en Puerto Berrío no solo representa un refugio personal para René, su familia y sus nietos, sino que también se ha transformado en una astuta inversión económica. Este espacio, más que un lugar de descanso y conexión con la naturaleza para él y sus seres queridos, refleja una visión estratégica de Higuita, al diversificar sus fuentes de ingreso y asegurar un legado para las futuras generaciones.
La tienda de René Higuita, bajo la administración de Andrés René, su hijo, ha cobrado notable popularidad, especialmente por la venta de buzos que replican los icónicos atuendos que el exguardameta lució a lo largo de su carrera. Entre estos se incluyen réplicas de los uniformes vestidos durante los mundiales de fútbol y la Copa Libertadores.
El proyecto empresarial, liderado por la familia Higuita, se extiende a la venta de guantes de portero y otros artículos vinculados al mundo del fútbol. Un elemento distintivo de la mercancía es el logo del ‘escorpión’, que evoca la legendaria jugada de Higuita en Wembley.
René Higuita logró un total de 43 goles en su carrera profesional, 54 tantos en total si se incluyen las anotaciones en partidos amistosos. Su habilidad goleadora se distribuyó en varias competiciones: en la Primera División de Colombia, con 31 goles; en la Primera División de México, con 2 goles; en la Segunda División de Colombia, con 2 goles; en la Copa Libertadores, con 5 goles; en la selección de Colombia, con 3 goles.
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Higuita estuvo un total de nueve meses en prisión, tiempo en el que puso en duda su participación en la Copa Mundial de 1994. Sin embargo, logró llegar a tiempo al evento realizado en Estados Unidos.
La detención de Higuita se vinculó con un caso de secuestro. El exarquero jugó un papel como intermediario en la liberación de una niña de 11 años, hija de Carlos Molina, quien estaba asociado a un cartel de drogas colombiano. Al entregar el rescate a los secuestradores para facilitar la liberación de la menor, Higuita se vio inmerso en una controversia que culminó en su arresto.
René Higuita alcanzó fama mundial gracias a su emblemática jugada, conocida como el escorpión. La acrobacia fue realizada el 6 de septiembre de 1995, en un encuentro amistoso entre Colombia e Inglaterra celebrado en el estadio de Wembley, en Londres.
Esta jugada se caracterizó por un movimiento ágil y audaz en el que Higuita, con su espalda hacia el arco, elevaba sus piernas emulando las pinzas de un escorpión. El movimiento permitía despejar el balón con los tacones y evitar que ingresara a su portería.