“Cuando jugaba Sporting Cristal, jugaba todo el Perú”. Se cumplen 25 años y aún persiste esa doble sensación: nostalgia y orgullo. Desde muy pequeño, en esas charlas interminables de madrugada, mi papá siempre me hablaba de aquel equipo que llegó a una final de Copa Libertadores. Le brillaban los ojos, su emoción era máxima y se ponía en una posición de 45 grados para expresar ese episodio que, años después, aún le resultaba increíble. Tiempo después entendería por qué tanto entusiasmo. “Solo se recuerda a los campeones”, reza una frase popular. Yo digo que no es así, hay subcampeones que quedan en la memoria y no salen jamás. Cristal es uno de ellos.
Me permito realizar un homenaje a este grupo humano que derrochó talento e hizo enamorar a más de uno con su juego y que representó con hidalguía al Perú. Para tener la radiografía de esa gloriosa campaña, conversamos con Jorge ‘Camello’ Soto (máximo goleador de Sporting Cristal) y con uno de los fundadores de la barra celeste, Carlos ‘Vampi’ Jaramillo.
Corría el año 1997, en medio de desastres naturales y una dura situación política. Sporting Cristal venía de lograr el tricampeonato nacional y un año más se clasificaba a la Copa Libertadores. El grupo a superar fue el de Gremio, Cruzeiro y Alianza Lima. En esos años clasificaban los tres primeros.
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En la fase de grupos, los celestes derrotaron de local a los brasileños por la mínima diferencia y empataron ambos partidos con Alianza Lima. Estos resultados les permitieron acceder a octavos de final en la tercera posición con ocho puntos. En octavos se midieron ante Vélez, un encuentro muy duro. Así lo cataloga el ‘Camello’.
—¿Cómo fue enfrentar a un reciente campeón de la Copa Libertadores y de la Intercontinental?
—Nosotros enfrentamos a Vélez —dice Soto—. Sabíamos de la calidad de jugadores que tenían y lo difícil que iba a ser. Hicimos un partido de diez puntos, tácticamente superiores, y a partir de ahí es cuando creemos que podemos llegar a instancias finales.
—¿Cómo manejaste el hecho de que Chilavert te minimazara?
—(El soporte de mi familia y compañeros) fue fundamental, porque esa semana no la pasamos tan bien —remarca el exfutbolista.
Tras ello, nos comentó que el gol de la victoria fue especial.
—Erick Torres recupera el balón y tomo la lanza para contragolpear —describe Soto—. Me da el pase y con la canilla anoto el gol, pero no lo celebré. Estaba muy concentrado. Sabíamos que faltaban muy pocos minutos y yo quería ganarlo. No quería demostrarle a Chilavert quién era Jorge Soto. Yo quería clasificar con Sporting Cristal y ya después se verá cómo queda después de hablar de mi persona”.
Con ese tanto, los rimenses clasifican a los cuartos de final con un global 1-0 a favor.
El hincha celeste Carlos Jaramillo narra que terminó llorando de la emoción tras ganar en Argentina.
—En ese partido ante Vélez, recuerdo que saco mi televisor afuera de mi casa (San Borja, Limatambo) y nos juntamos con toda la gentita —rememora Jaramillo—. No sabes cómo lo vivimos. Finalizó el partido y recuerdo que estaba arrodillado en medio de la pista llorando por lo que habíamos conseguido. En mi barrio habían hinchas de Alianza y la ‘U’. Salieron por sus ventanas y nos empezaron a aplaudir. Ese partido fue especial porque le tapamos la boca a Chilavert y encima con gol de Soto.
—Aclimatación y cambio de escenario inesperado
—Hicimos un periodo de aclimatación en Cusco y llegando a La Paz nos dicen que el estado de la cancha estaba en malas condiciones —recuerda Soto—. Teníamos que ir a Oruro (a más de 3 710 m s. n. m.). No se llegó a trabajar la parte logística y la Conmebol nos mandó en carretera. No tuvimos el sitio adecuado para dormir. Lo hicimos en un hotel de autobuses. Nosotros nos pusimos fuertes, que nadie nos podía derrotar.
Los cuartos de final, la ‘Máquina Celeste’ cayó 1-2 en tierras bolivianas y en condición de local le metió un baile a Bolívar, con goles del mismo Jorge Soto, Solano y Amoako, sentenciaron la llave. Un rotundo 4-2 en el global.
—Después de la primera semifinal, el papá de Julinho fallece
Ese episodio nos chocó muchísimo en la interna porque Julinho es parte de nuestra familia. Sabíamos que su papá estaba en malas condiciones —remarca el exjugador de Cristal—. Le costó a Julinho porque era muy cariñoso. Nosotros (grupo) le dijimos que juegue para que él demuestre que podíamos llegar a la final con su ayuda porque estaba en su mejor momento.
En ese partido, Julinho hace su mejor partido en la campaña, bailando al defensor Mc Allister las veces que le dio la gana. Así lo confirma ‘Vampi’ Jaramillo. “Hasta ahorita sigue buscando su cintura Mc Allister. Lo tuvo loco todo el partido. A Julinho se le quiere bastante. Una vez le entregamos una torta en su cumpleaños. Él le quiso regalar a su padre esa clasificación.
—¿En qué piensas cuando recuerdas que clasificaste a una final?
—Lo mejor —expresa Soto—. Se me viene a la cabeza que llegar a una final de la Copa Libertadores es un trabajo bien hecho, confianza en nosotros mismos, una alegría inmensa y también tristeza porque en los últimos minutos de ese partido lo expulsan al ‘Coyote’ Rivera y Amoako. Dentro del camerino nos abrazamos todos y celebramos. Salimos muy tarde del Estadio Nacional a la concentración. Markarián hizo un gran trabajo. Estuvimos concentrados casi un mes para jugar la final de la Copa Libertadores.
Así vivían la clasificación los hinchas en la tribuna y calles
—Termina la semifinal y lo primero que hice fue llorar —evoca el acérrimo aficionado—. Siempre nos quedábamos en octavos y cuartos, pero ahora mi equipo estaba en la final. Miraflores y toda la avenida Arequipa era una fiesta. Todos caminando con camisetas celestes. Nosotros nos subimos a una cúster y nos paseamos cantando y celebrando”.
Hinchada celeste. Foto: gentileza de Carlos Jaramillo
Por primera vez en su historia, Sporting Cristal clasifica a una final de Copa Libertadores. Sacaron del camino a Racing con un marcador global de 6-4. Ese partido es recordado porque Julinho “sacó a pasear” una y otra vez a Mc Allister.
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En la primera final se empata 0-0 y tuvieron que ir en busca de la hazaña a tierras brasileñas; sin embargo, no pasó y un episodio del gol rival, en el que tuvo que ver Balerio, lo destruyó al argentino. Un momento que todos recuerdan porque el más fuerte y referente del equipo estaba destrozado.
—¿Qué pasó con el ‘Viejo’?
—El ‘Viejo’ pensó que tenía la culpa por el gol porque él quiso agarrarla y el balón se le pasó —relata Soto—. Se echó la culpa él mismo y no quería salir a recibir la medalla. Fuimos pocos los que fuimos al camerino. Me cambié los zapatos y me puse un polo de mi hija. Tuve la oportunidad de salir con la medalla de subcampeones. Después de los años uno se da cuenta de que llegar al segundo puesto también es importante.
—¿Cómo vivieron el partido los hinchas?
—Ese partido fue muy triste. Creo que nos faltó suerte. Si Julinho metía esa pelota, todo iba a cambiar. Nada que reclamar a Balerio. Le he visto sacar pelotas imposibles. No se nos dio. Espero algún día ver que ganemos la Libertadores. Ahí puedo morir tranquilo. Al finalizar el partido, todos salimos llorando, derrotados, nadie hablaba —puntualiza Jaramillo—. Mi madre había fallecido recientemente. Sin embargo, ahí pasa un carro a todo volumen con la canción de Cristal y nos levantamos. Empezamos a alentar. Nosotros dimos la talla y dejamos la vida en la cancha. No se le puede recriminar nada al equipo. Incluso fuimos a recibirlo al aeropuerto.
Entradas de la primera final. Foto: gentileza de Carlos Jaramillo
—Se cumplen 25 años, ¿cómo lo ves en la actualidad?
—Lo veo muy bien porque así nomás un equipo peruano no llega a una final de la Copa Libertadores —comenta el exatacante celeste—. Ya se van a cumplir 25 años y parece que habría sido ayer. Quiero que el actual equipo llegue a una final y la gane. Es difícil, pero dentro del campo de juego se juegan 11 contra 11.
Ese 13 de agosto de 1997, Sporting Cristal le hizo frente en su propio estadio a Cruzeiro, uno de los equipos más fuerte en el fútbol sudamericano. Después de 25 años, en especie de homenaje, agradecer al grupo esos momentos inolvidables que hizo vivir al pueblo peruano. Porque a diferencia de otros países, cuando juega un equipo peruano, todos apoyan. Y, también, porque “cuando jugaba Sporting Cristal, jugaba todo el Perú”.