Los ascensores, omnipresentes en nuestra vida cotidiana, son escenarios de conversaciones rutinarias o momentos de silencio fatigado durante las mañanas. Pero todos ellos tienen algo en común: un espejo en su interior. La existencia de estos espejos en los ascensores no se limita a razones estéticas o para presumir un buen atuendo antes de llegar a nuestro destino o una selfie para redes sociales.
Los espejos en los ascensores cumplen múltiples funciones que van más allá de la vanidad personal. El principal motivo detrás de su instalación es la seguridad, según especialistas. Estos cristales resultan extremadamente útiles para detectar robos o actos delictivos, disuadiendo a quienes podrían contemplar tales acciones al sentirse vigilados y, en consecuencia, inhibiendo su conducta.
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Además de la seguridad, otro beneficio sorprendente es la reducción de la claustrofobia. El espacio reducido del ascensor a menudo provoca ansiedad y miedo. Los espejos crean la ilusión de amplitud, lo que disminuye significativamente la sensación de agobio y angustia.
La accesibilidad es un factor crucial para las personas con discapacidades. A menudo, las escaleras representan un obstáculo insalvable, pero incluso una vez dentro del ascensor, el espacio puede ser limitante para usuarios de sillas de ruedas. Los espejos, sin embargo, facilitan el movimiento, permitiendo maniobrar y salir cómodamente sin necesidad de giros incómodos.
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Además de la seguridad y la comodidad, los espejos en los ascensores ofrecen entretenimiento y distracción. Los pasajeros de todo el mundo los utilizan para tomar selfies y compartirlas en las redes sociales. También son útiles para un último vistazo antes de enfrentar el mundo exterior, lo que hace que el viaje sea más ameno y menos incómodo cuando se comparte con desconocidos.
La próxima vez que entres en un ascensor y veas tu reflejo, recuerda que ese espejo no está ahí solo para que te tomes una selfie. Está diseñado para hacer que tu viaje sea más seguro, cómodo y entretenido, demostrando que la ingeniería detrás de los ascensores va más allá de simplemente subir y bajar pisos en un edificio.
Los espejos crean la ilusión de amplitud, disminuyendo significativamente la sensación de agobio y angustia. Foto: difusión