Seguro has llegado a compartir con amigos tus yaces, canicas o el trompo, con el cual se disponían a realizar diferentes trucos en la mano o con tapas de botellas mientras esta curiosa peonza se encuentra en movimiento. Pese a tener mayor relevancia en los 80, el juguete ya tenía miles de años de antigüedad, tanto así que se ha documentado su existencia desde el año 4.000 a. C. Sin embargo, no se conoce el año exacto del nacimiento de este juego que se convirtió en un clásico.
Este divertimento requiere tener el famoso trompo, objeto de madera que tiene una púa de metal en la que se enrolla una cuerda. Después de haber colocado el hilo, se lanza con fuerza y técnica hacia el piso para que empiece a dar vueltas. El juguete que ha marcado a diferentes generaciones poco a poco ha quedado en el olvido por la aparición de otras actividades recreativas o simplemente fue reemplazado por juegos en línea.
El trompo tiene varias denominaciones en español, entre ellas peón, piuca, mona o repión, mientras que en inglés es conocido como top o spinning top. Este juego ha resistido de quedar en el olvido, puesto a que algunas personas que un día jugaron con la peonza aún conservan uno de estos ejemplares.
El historiador y político romano Marco Porcio Catón ilustró al trompo en sus libros. Uno de sus ejemplares, que data del siglo 1.250 a. C., se exhibe en el Museo Británico. En el dibujo se puede apreciar a un niño dedicando un gran número de juguetes a manera de ofrendas al dios Zagreo, entre ellos, un trompo con su cuerda.
El historiador romano Marco Porcio Catón ilustró un niño con un trompo en 1250 a.C. Foto: Mathías Espinoza
Asimismo, Platón usó el movimiento del juguete como metáfora; Aristófanes se declaró aficionado del trompo; Ovidio lo mencionó en sus poemas y en Troya se encontraron peonzas de barro. Sin embargo, las culturas china y japonesa fueron las encargadas de presentar al mundo este peculiar juego. Los nipones crearon diferentes técnicas y trucos para usarlo, destacando el clásico movimiento que consiste en lanzarlo y recogerlo con una cuerda para hacerlo bailar en la palma de la mano.
Con el pasar del tiempo, el juego llegó al continente americano, donde los peruanos fueron testigos de su aparición en la época prehispánica. Desde entonces, el trompo ha ido de generación en generación, marcando la infancia de muchas personas, quienes lo utilizaban en sus momentos libres, incluso en el colegio.