Hace 130 años nació en la localidad peruana de Santiago de Chuco (La Libertad) el escritor y poeta César Abraham Vallejo Mendoza, quien es considerado uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX y el máximo exponente de las letras en el Perú. Su obra estuvo marcada por un amplio realismo en donde plasmaba la cotidianeidad del ser humano, la injusticia social y política, la alienación y el conflicto entre el deseo y la espiritualidad.
Además, su legado literario ha trascendido de generación en generación debido a que durante su vida destacó en casi todos los géneros: poesía, narrativa, guiones de teatro y diversos ensayos. Incluso realizó una labor periodística escribiendo crónicas y artículos.
Cesar Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, pueblo ubicado en una zona alta del departamento de La Libertad, en Perú. Hijo de Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero, fue el menor de once hermanos; su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indígenas y sus abuelos gallegos.
Cesar Vallejo nació en Santiago de Chuco (La Libertad). Foto: Difusión
Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó de muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros versos. En 1910 se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, pero debido a problemas económicos retornó a su pueblo, con el propósito de trabajar y ahorrar para continuar luego sus estudios.
Viajó a Lima en 1911 para matricularse en la Facultad de Medicina de San Fernando, pero nuevamente abandonó el claustro universitario por razones económicas, o tal vez por desilusionarse de dicha carrera.
Cuando cumplió los 21 años de edad por fin pudo inscribirse de nuevo en la Universidad Nacional de Trujillo, en donde escribió sus primeros poemas, que luego publicaría entre 1914 y 1916 en periódicos locales. Además, fue por este periodo que se integró al Grupo Norte, en el que trabó amistad con estudiantes como Víctor Raúl Haya de la Torre, Antenor Orrego y Alcídes Spelucín, y vivió la bohemia trujillana, compuesta por círculos literarios que muchas veces lo desdeñaron como creador.
Vallejo y el Grupo Norte. Foto: Blog El Grupo Norte
Entre 1915 y 1918, precisamente, Vallejo escribió buena parte de los poemas que conformaron su primer libro, “Los heraldos negros”, publicado recién en Lima, en 1919. Aunque en Trujillo sus versos recibían el desprecio de sus pares, grandes nombres de la poesía peruana reconocían su trabajo. Por eso, decidió mudarse a Lima y luego a Europa.
En agosto de 1920, a César Vallejo se le acusó injustamente de ser el instigador del incendio y saqueo de la propiedad de una familia influyente. Una vez descubierto, tras pretender esconderse, fue apresado en noviembre en el calabozo de Trujillo, de donde salió 112 días después, en febrero de 1921.
Desde entonces, Vallejo no quiso quedarse más en Trujillo y decidió volver a Lima, donde en 1922, en octubre, publicó “Trilce”, que fue recibido tibiamente por la crítica, ya que no alcanzaba aún a comprender la literatura de vanguardia. Una excepción fue Antenor Orrego, quien dijo de Vallejo: “A partir de este sembrador se inicia una nueva época de la libertad, de la autonomía poética, de la vernácula articulación verbal”. En ese sentido, “Trilce” renovó la poesía escrita en español, en la que llevó su lenguaje a nuevos niveles de expresión.
Mucho se ha hablado sobre la muerte de César Vallejo, quizás por aquellos famosos versos que presagiaban su propio deceso o también por el velo de misterio que corre sobre sus últimos días en un París abrileño.
César Vallejo se fue a vivir a París en 1923 en busca de nuevas experiencias. Allí trabajó en varios medios latinoamericanos y también conoció a su compañera de vida, Georgette Philippart. Con el estallido de la guerra civil española, en 1936, preparó una serie de composiciones que serán recogidas en “España, aparta de mí este cáliz”. Se sabe que el tiempo que pasó en varios países de Europa, como España, Rusia y Francia, influenció en sus poemas más políticos.
Sobre la tumba de César Vallejo reza el epitafio: "He nevado tanto para que duermas". Fuente: vallejoandcompany.com
Sien embargo, el escritor comenzó a sentirse mal de salud en marzo de 1938, así que fue hospitalizado. Lamentablemte, no logró recuperarse y falleció de paludismo el 15 de abril de ese mismo año, a los 46 años de edad. Sus restos reposan en el cementerio de Montparnasse de París.