Los peruanos y peruanas que profesan la religión católica se preparan para una de las celebraciones más importantes del mes de agosto: la festividad de Santa Rosa de Lima. Nacida bajo el nombre de Isabel Flores de Oliva, su legado trascendió más allá de los 31 años que pasó en este plano, ya que dedicó su vida a la oración y a velar por los más vulnerables. Asimismo, es considerada patrona de América y las Filipinas, y venerada también en España. A continuación, te brindamos mayores alcances sobre la beata limeña, cuyo día está próximo a conmemorarse.
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En el Perú se celebra la festividad de Santa Rosa de Lima cada 30 de agosto, que incluso es considerado feriado nacional. Esta fecha fue inscrita en el calendario romano en 1727, dado que era el día más cercano al 24 de agosto —aniversario de su fallecimiento— y que no estuviera ocupado por la celebración de otro santo.
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Hija de Gaspar Flores, un descendiente español y María de Oliva, hilandera y costurera proveniente de Huánuco, nació el 20 de abril de 1586 Isabel Flores de Oliva, la cuarta hija de doce hermanos. Desde muy temprana edad, mostró su devoción por Dios, al optar voluntariamente por el ayuno tres veces a la semana y severas penitencias, al tratar de emular a Santa Catalina de Siena, a quien admiraba.
Siguiendo sus pasos, logró ingresar a la Orden Tercera de Santo Domingo a los 20 años; sin embargo, ya que no contaban con un recinto femenino, optó por el jardín de su casa como centro de retiro y oración. Se dice que era muy hermosa y su apariencia atraía a una gran cantidad de pretendientes. Ella, en busca de consagrarse a Dios, los rechazaba y optó por cortar su cabellos, echar pimienta a su rostro y cubrirse con un velo. Mantuvo una vida de penitencias y ayuno, lo cual fue deteriorando su estado de salud. Desde muy joven, contrajo reuma, aun así prosiguió ayunando sin siquiera ingerir agua, dormía en tablas y azotaba su cuerpo con latigazos. Mientras realizaba estas prácticas repetía: “Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor”, se relata en su biografía.
Aun en vida era considerada santa y en Lima ya se hablaba de su fervor por Dios y las penitencias que realizaba, lo cual la convirtió en la primera santa de América, desde mucho antes de ser canonizada en 1671 por el Papa Clemente X, quien pasó a declararla patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales.
Lima se prepara para la festividad en honor Santa Rosa este 30 de agosto. Foto: Diario AR
Fallecería a causa de una severa tuberculosis el 24 de agosto de 1617, a los 31 años. Su funeral y posterior entierro fue de los más notables de Lima, multitudes enteras se dieron cita y se abalanzaban sobre el cuerpo inerte de la beata buscando quedarse con alguna de sus prendas. Hoy en día, aún se conservan los lugares donde residió y justamente en ellos es donde los fieles —en Lima y Canta— suelen acudir más aún cada 30 de agosto para agradecer e implorar según sus necesidades.