No se puede hablar de la independencia de Panamá sin mencionar a Rufina Alfaro. Más allá de la realidad o ficción en torno a su existencia, cada 10 de noviembre se conmemora el primer grito de independencia, fecha en la que este personaje es imprescindible. ¿Cómo Rufina se convirtió en símbolo de la libertad?
Aunque el debate se mantiene entre académicos, la tradición oral es una fuente de documentación histórica, pues surge de relatos populares de los lugareños de generación en generación. Aquí te contamos cuál es el mito de Rufina Alfaro.
La leyenda cuenta que desde el pueblo Las Peñas Rufina se desplazaba hasta la Villa de los Santos a vender legumbres y frutas al cuartel español de la ciudad.
Por ello, su rol en el movimiento independentista era informar a los líderes cada estrategia dentro del recinto español e identificar debilidades de los conquistadores. Rufina dirigió el ataque al cuartel español a manos de los criollos. Tras este evento, Rufina pasó a convertirse en un símbolo de libertad.
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No existen papeles que prueben la participación de Rufina en los eventos. No obstante, su fama es incluso mayor que la de personajes históricos masculinos, según señalan los académicos.
El historiador Andrés Villa señaló al medio local La Estrella de Panamá que: “La historiografía avala la figura de Alfaro aunque no haya documentos ni fe de bautismo, pero hay una convicción de que una campesina fue valiente, distrajo a las tropas y con este acto de valor, contribuyó a los deseos de libertad del pueblo santeño”.
“¡Viva la libertad!” es el grito que dio Rufina Alfaro, según el mito de boca en boca, el 10 de noviembre de 1821.
La presencia de Rufina Alfaro en el marco histórico es por sí misma un logro a los ojos de los historiadores, ya que la sociedad del siglo XIX “excluía a la mujer de cualquier reconocimiento especial y público”, como explicó el historiador Rommel Escarreola al mismo medio local panameño.
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