Un estimado de 10 millones de personas en el mundo sufren de párkinson actualmente. En Latinoamérica, Chile es el país que registra mayor aumento en la prevalencia de esta enfermedad, seguido de Paraguay, El Salvador, Honduras y Guatemala. La realidad es que muy pocos verdaderamente conocen esta patología y, por falta de información, es difícil de diagnosticar.
Para solucionar ciertas interrogantes, La República conversó con el neurólogo y director médico del Instituto Peruano de Neurociencias (IPN), el Dr. Nilton Custodio.
Es una enfermedad neurodegenerativa, en la cual las neuronas dopaminérgicas, es decir, las que producen dopamina, se deterioran. Estas se encargan de que las personas tengan estabilidad postural, tono muscular y evitan que presenten temblores. “Cuando esas neuronas disminuyen su producción, el paciente comienza a presentar temblor, rigidez, dificultad para caminar, progresivamente”, señala el neurólogo.
Eso es, hasta el momento, una incógnita. “Podría ser genético o ambiental. Hay múltiples teorías sobre por qué dejan de producir dopamina, lo cierto es que no se sabe”, afirma el Dr. Custodio.
De acuerdo al especialista, en un inicio se asumía que los pesticidas o productos que se usan para la agricultura eran la causa del párkinson, pero luego, con más estudios, se descartó la teoría.
Por el momento, la alfa-sinucleina, proteína que mantiene la estabilidad de la dopamina, resulta clave para entender mejor la enfermedad. “Podría ser el futuro del tratamiento. Sin embargo, los estudios más avanzados de fase 3 no han dado ningún resultado”.
Si bien es cierto que la mayor cantidad de afectados son diagnosticados con esta patología después de los 60 años, sí se pueden encontrar pacientes desde los 20 años. “Son escasos, son pocos, pero existen casos de parkinsonismo juvenil, pero no representan más del 2% o 3%”.
Por ello, si aparece en jóvenes, es más probable que sea asociado a un problema genético.
Aparentemente, el párkinson afecta un poco más a hombres que mujeres. “Pero no hay una regla general”, acota el experto.
Existen dos tipos de párkinson:
Parkinson: ¿por qué se produce y cómo detectar los primeros síntomas?
Lastimosamente, cuando se cree que la enfermedad solo se presenta con un determinado síntoma, es difícil de diagnosticarla como debería. “La gente piensa que todo lo que tiembla es párkinson”, señala.
El párkinson rígido es el tipo más frecuente, por eso muchos asocian sus síntomas a otras afecciones. “Estos pacientes no están con el neurólogo, generalmente están con el traumatólogo, con el reumatólogo, porque tiene problemas con la rigidez, pero no piensan que es párkinson”, precisó.
De acuerdo con el especialista, estos síntomas son los que se presentan mucho antes de que aparezca la rigidez o los tan conocidos temblores:
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Los síntomas se dividen en motores y los que no lo son. Los primeros pueden ser dificultad para caminar y los conocidos temblores.
Los síntomas no motores —los más importantes— son, por ejemplo, las fases rígidas en la cara. “El paciente parece triste, no parpadea porque no hay movimientos musculares”.
También encontramos problemas con el ritmo intestinal. “En esta enfermedad, los pacientes tienen la posibilidad de ir al baño cada dos o tres días, o cada semana”.
Además, los afectados pueden presentar dificultad para pasar alimentos y, con el tiempo, desarrollan anosmia, que es la pérdida de la capacidad para percibir olores.
De acuerdo al Dr. Custodio, los tratamientos se enfocan en solucionar la falta de dopamina. Por ello, o se brindan medicamentos que se conviertan en esta en el cerebro o que actúen como tal sin serlo.
Estos tratamientos buscan mejorar los síntomas motores y la rigidez. Cabe destacar que la marcha no mejora con ninguno de los medicamentos, sino con terapia física.
El Dr. Custodio señala que detectar el párkinson prontamente es clave para obtener una mejor calidad de vida. “Mientras más temprano actúes con los medicamentos, la respuesta va a ser mucho mejor”.
Según el especialista, con la aparición de los medicamentos que se comportan como la dopamina, actualmente, el paciente puede llegar a quedarse en cama únicamente después de 40 años.
Por último, es necesario resaltar que, si bien la enfermedad avanza con el tiempo, es posible vivir con ella y continuar con las actividades habituales. “El paciente puede tener párkinson y seguir trabajando. Es posible hacerla funcional”, enfatiza el experto.
El temblor en el párkinson es llamado “temblor de reposo”, ya que aparece cuando la persona se encuentra inactiva.
Estos temblores aparecen de forma regular y rítmica, y desaparecen cuando se cambia de postura o se realiza algún movimiento.
El párkinson suele estar acompañada de diversas complicaciones que pueden ser tratadas.