En los tiempos en que se acentúa la gravedad del cambio climático en nuestro planeta, entre otras alternativas, nos queda mirar el mar. A eso nos invita el periodista e investigador colombiano Laureano Domínguez a través de su libro “Nos quedaba el mar”, que, como en los orígenes de este mundo, sigue siendo un gran dispensario de vida.
La obra presenta una serie de investigaciones que exponen, de manera didáctica, los beneficios y propiedades del agua marina que van, desde los biológicos hasta los sociales en sectores poblacionales.
Estas investigaciones, basadas en estudios científicos, pero también en experiencias y anécdotas, demuestran no sólo el origen marino de la vida, sino la persistencia del medio marino en todo lo vivo.
Domínguez propone la creación de dispensarios marinos, mareductos, pilotajes de desarrollo de agricultura con agua de mar y redes solidarias para el suministro gratuito de agua de mar.
Es un hecho que el cambio climático está afectando al mundo entero. La sequía y la escasez hídrica amenazan la vida en nuestro planeta. Ante esta situación, Domíguez propone el uso de los Sistemas de Impulsión de Agua Marina, SIAM, en las zonas con más riesgo. En el Perú, por ejemplo, entre 7 y 8 millones de peruanos no tienen agua potable.
“Asimismo, entre las propiedades del agua de mar está el desintoxicar y oxigenar la piel, reducir el estrés, tonificar el tejido muscular, limpiar y flexibilizar las articulaciones, ya que el agua marina es un regenerador celular en general”, ha dicho Laureano.
“También hoy –agrega el autor- se usa en la elaboración de cerveza, la agricultura (con café, maíz y arroz) y la ganadería”.
El trabajo y la investigación que Laureano Domínguez lleva a cabo alrededor del todo el mundo, inspirado por la memoria de Marge Quitter, es financiado gracias a la visión de los productores de cine y amigos desde Homewood-Flossmoor High School en Chicago, Carey Westberg y Oscar Delgado, quienes tuvieron la visión del uso del agua de mar como una solución a la crisis que producirá la sequía mundial que viene en camino, además de la crisis climática múltiple anunciada.
Ha llegado el momento de volver los ojos hacia el mar.