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Cultural

Jeremías Gamboa: “Si el Perú fuera un taller de lectura, todos nos escucharíamos”

El duro oficio de ser escritor en el Perú. Jeremías Gamboa nos cuenta sobre su exitoso proyecto “Leer para escribir”, un espacio de lectura donde todos se escuchan pese a sus diferencias.

Jeremías Gamboa, escritor y periodista peruano, autor de "Contarlo todo" y "Animales luminosos". Foto: captura/LR+

En “La entrevista”, Paola Ugaz conversó con el escritor y periodista Jeremías Gamboa, quien, mediante la literatura, hizo un análisis de la actual coyuntura política. De acuerdo al autor de “Animales luminosos”, a los peruanos aún les causa ansiedad reconocerse como cholos y prefieren señalar a alguien más como tal, pues exaltan ese racismo que arrastramos desde la era colonial. “Castillo ha sido el indio al que mucha gente en Lima ve como el cholo y, por tanto, (los limeños) ya no lo son”, explicó.

- Tenemos a un Jeremías profesor. ¿Cómo has creado esta comunidad? ¿Qué tal es ser ‘el profe’?

Cuando nace mi hijo, decido armar un curso que se llama “Leer para escribir”, que es un curso sobre lectura, no hay muchos así. Hay talleres de escritura, pero me nacía leer con otras personas y había un hambre de leer al otro. Hay una sed de gente que quiere entender al otro, escucharlo, ponerse en los zapatos del otro. La literatura es eso, es leer una novela de otra época, de otro país, de otro género, y te pones en la situación de la empatía, de la compasión.

Se fue armando algo que era para mí una forma de proveer en mi casa y de permitirme vivir en literatura, leyendo, dictando y escribiendo. A mí me sorprendió. Uno abre un bar y no sabe qué clientes van a venir, cómo va a terminar, si se va a convertir en una iglesia o en un local de un partido político. Abrí esto y se ha convertido en algo extraordinario.

Una comunidad de lectores que a pesar de sus diferencias políticas se unen alrededor de un libro y encuentran el sustrato que los une a todos. Si el Perú fuera un taller de lectura, fuera extraordinario porque todos nos escucharíamos, nos veríamos y encontraríamos lo que nos une.

Además, esta nave, esta arca que creamos, nos ayudó a atravesar la pandemia. En el momento en que la pandemia arreció, me pregunté “¿y ahora qué voy hacer con la literatura? ¿a quién le va a interesar?”, pero fue todo lo contrario. Fue un lugar de resistencia y lo sigue siendo.

— En las Elecciones 2021 surgió el tema de la diferencia de clases y racismo. Desde la literatura peruana se habla mucho de lo que tú llamas “nudos coloniales”. ¿Qué se puede reflexionar sobre un tema que nos atraviesa desde que nacemos?

Nos atraviesa desde la mirada de la madre. Desde lo que la madre y el padre esperan que seas racialmente. He escuchado historias de padres que están cruzando los dedos esperando que el hijo salga más blanquito, es una herencia colonial. Tener cierto genotipo, cierta piel, ciertas características, te hace tener más oportunidades.

A mi madre, por ejemplo, una empleadora suya, cuando vio a mi papá, le dijo: “Está bien, te pueden salir más claritos y van a tener más oportunidades en la vida. Quizá alguno trabaje en la agencia de un banco”. Con el tiempo, mi mamá ambicionó a más y dijo: “¿Por qué no van a la universidad?”. Entre las cosas que han ocurrido, he terminado yo escribiendo sobre estos temas, pero antes era como una ansiedad de no ser cholo, de no definirte de esa forma.

Eso lo veo desde el colegio, donde todos éramos cholos, 44 cholos de un colegio nacional y buscábamos al que tenía rasgos más indígenas para decirle que era cholo, y al decirlo todos dejábamos de serlo. Algo así ha ocurrido en la elección, más allá de la incompetencia de Castillo.

Castillo ha sido el indio al que mucha gente en Lima ve como el cholo y, por tanto, (los limeños) ya no lo son. Ahí es donde se polariza el asunto.