El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, urgió el domingo en Beirut a alcanzar un "alto el fuego inmediato" entre Israel y el movimiento libanés Hezbolá que, según el ejército israelí, disparó 160 proyectiles hacia el Estado hebreo.
Al día siguiente de los mortales bombardeos israelíes que sacudieron el corazón de Beirut el sábado, el Hezbolá proiraní indicó que lanzó varios ataques con drones y misiles contra una base naval en el sur de Israel y hacia un objetivo militar en Tel Aviv.
Las sirenas de alarma retumbaron en varias regiones del Estado hebreo, entre otros en los suburbios de Tel Aviv, indicó el ejercito, que dio parte de 160 proyectiles disparados desde Líbano, algunos de los cuales fueron interceptados.
Imágenes de AFPTV mostraron los efectos de un bombardeo el domingo en el sur de Beirut, bastión de Hezbolá, horas después de que el ejército israelí pidiera evacuar la zona. Los medios estatales libaneses dieron parte de dos bombardeos israelíes.
"Solo vemos un camino posible: un alto el fuego inmediato y la plena aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU", declaró Borrell tras reunirse con el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, y el primer ministro Nayib Mikati.
La resolución de la ONU puso fin a la anterior guerra entre Israel y Hezbolá en 2006, y estipula que solo el ejército libanés y los cascos azules de la ONU puedan estar en la frontera sur de Líbano, lo que implica la retirada del grupo chiita y de los soldados israelíes de la zona.
Israel busca poner fin a los disparos de cohetes que Hezbolá lanza contra su territorio desde hace más de un año, en apoyo al movimiento islamista palestino Hamás en Gaza.
Después de casi un año de hostilidades, el ejército israelí lanzó una campaña de bombardeos contra bastiones de Hezbolá el 23 de septiembre. Una semana después inició operaciones terrestres en el sur del país.
El objetivo declarado de Israel es permitir el regreso de los 60.000 desplazados del norte del país por los intercambios de disparos con Hezbolá.
"Vine en septiembre y esperaba que se pudiera impedir una guerra abierta de Israel contra Líbano. Dos meses después, Líbano está al borde del colapso", señaló Borrell a los periodistas.
"Debemos presionar al gobierno israelí y mantener la presión sobre Hezbolá para que acepte la propuesta estadounidense de alto el fuego", añadió.
El diplomático anunció además que la Unión Europea estaba dispuesta a proporcionar 200 millones de euros (208 millones de dólares) al ejército libanés, cuyo gran despliegue a lo largo de la frontera con Israel constituye un punto clave en las negociaciones de tregua.
La propuesta de Washington, de 13 puntos, prevé una tregua de 60 días junto al despliegue del ejército en el sur de Líbano. Fue discutida esta semana por el emisario estadounidense Amos Hochstein, quien viajó a los dos países afectados.
Pero ningún resultado se anunció desde entonces y la frecuencia de los bombardeos israelíes contra los feudos de Hezbolá se intensificó.
El ejército libanés, que no está implicado en la guerra, anunció el domingo que uno de sus soldados murió y que otros 18 resultaron heridos en un bombardeo israelí contra sus posiciones en el sur del país.
"El ataque directo del enemigo israelí contra una posición del ejército [libanés] es un mensaje directo y sangriento de rechazo a todos los esfuerzos por lograr un alto el fuego", denunció Mikati.
En paralelo a su guerra contra Hezbolá en Líbano, Israel prometió aniquilar a Hamás en la Franja de Gaza. El movimiento islamista desencadenó el conflicto tras la letal incursión de sus milicianos en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023.
Los combatientes islamistas mataron ese día a 1.206 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 251, según un balance de AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluyen los decesos de algunos rehenes tomados por Hamás.
De los 251 secuestrados, 97 siguen cautivos en Gaza, pero el ejército israelí estima que 34 murieron.
La ofensiva de represalia israelí se cobró la vida de al menos 44.211 personas en Gaza, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.
Al menos 11 palestinos murieron el domingo en bombardeos israelíes sobre Gaza, según la agencia de Defensa Civil.
El director del hospital Kamel Adwan, Hossam Abu Safiyeh, quedó gravemente herido en un ataque nocturno contra el edificio sanitario en el norte del territorio palestino, indicó la misma fuente.
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