Agencias

Un campo de golf de Donald Trump en Escocia, tierra de su madre, con división de opiniones


Mientras Donald Trump busca un segundo mandato como presidente de Estados Unidos, a 5.000 kilómetros de distancia, en Escocia, donde nació su madre, el candidato republicano construye un nuevo campo de golf que tiene partidarios y detractores en la zona.

Para algunos, será un símbolo del origen escocés del candidato republicano y un motor de inversión económica, mientras que para otros es una muestra de ostentación que traerá pocos beneficios a la comunidad.

El campo sería el tercero de Trump en Escocia y el segundo dentro del complejo Trump International Golf Links, en Aberdeenshire, en la costa nororiental, donde otro que abrió el expresidente estadounidense en 2012 generó controversia sobre posibles daños medioambientales.

La inauguración de este segundo campo de golf en el complejo llegaría a mediados de 2025, cuando Trump podría ser presidente de Estados Unidos, y entra dentro, según el candidato, de un proyecto para homenajear a su madre Mary MacLeod, que nació en la isla de Lewis, al noroeste de Escocia.

"Todo el impulso para esto viene del amor permanente de Trump por Escocia", afirma Sarah Malone, vicepresidenta ejecutiva de Trump International Scotland, a la AFP, en una mansión señorial en los terrenos del complejo en Balmedie, al norte de la ciudad de Aberdeen.

Mientras habla, se escuchan las olas del Mar del Norte, que bañan la playa contigua, donde brilla el sol otoñal escocés.

- Destacado por Golf Digest -

La revista Golf Digest, que clasificó el primer campo del complejo en el puesto 34 del mundo, describió al segundo como "absolutamente impresionante".

En 2020, la agencia de patrimonio natural de Escocia despojó a las dunas del complejo de su estatus de sitio de especial interés científico, culpando a la construcción de los campos de golf.

Pero la empresa de Trump destaca que el nuevo campo será "uno de los más respetuosos con el medioambiente".

"Todo lo que hemos hecho ha mejorado el medioambiente y desarrollado nuevos hábitats y la biodiversidad del sitio", señala Sarah Malone.

Pero no todo el mundo está convencido. "Sabemos que las dunas de arena son hábitats frágiles. No son ecosistemas que se adapten bien a (este) tipo de proyectos", explica a AFP Maggie Chapman, del Partido Verde y diputada en el Parlamento escocés por la región.

Cuando el gobierno escocés aprobó en 2008 la construcción del complejo, subrayó que los beneficios económicos superarían en una balanza a eventuales daños medioambientales.

Al comprar 567 hectáreas de tierra en 2006, Trump prometió crear 6.000 puestos de trabajo e invertir 1.000 millones de libras (1.300 millones de dólares).

Trump Organization emplea a unas 600 personas en Escocia, incluyendo un tercer campo propiedad de Trump, en Turnberry, en la costa oeste del país.

Aún no se han construido el prometido hotel de lujo y 500 casas en Aberdeenshire, pero Malone afirma que el proyecto tiene "varias fases" y hay planes en marcha para desarrollar albergues para turistas.

Trump entregó el control de los campos de golf escoceses a sus hijos, antes de convertirse en presidente en 2017.

- Los residentes divididos -

Los opositores señalan que Escocia, un país loco por el golf, ya cuenta con más de 500 campos, mientras los residentes locales parecen divididos.

"No tengo ningún problema. Creo que está atrayendo negocios a Aberdeenshire", afirma a AFP Willie Rowell, un jubilado de 63 años.

Pero David Louden, un trabajador de la construcción, señala estar "avergonzado" por la asociación de Trump con Escocia.

"Es simplemente un patio de recreo para los ricos", resalta el hombre de 62 años.

David Milne, de 60 años, cuya casa da al complejo, ha sido un importante opositor al mismo desde que Trump lo ideó hace casi 20 años.

Se negó a vender su casa a Trump y dice que éste, en represalia, construyó una hilera de árboles y una valla frente a su propiedad. También se enfrentó a una orden de expropiación.

Milne afirma que el expresidente "no significa nada" para él pero admite que luchar contra sus planes ha significado "un peaje a pagar".

Trump planea construir en la propiedad un monumento a su madre, fallecida en 2000, quien se estableció en Nueva York y se casó con Fred Trump.

"Trump ha cumplido absolutamente su promesa y aún no hemos terminado", afirma Sarah Malone.

pdh/psr/zm