Rebobinadoras de VHS: un aparato que fue muy popular, pero que hoy solo sirve como adorno
Las rebobinadoras de VHS venían en diferentes tamaños y colores; sin embargo, las más populares tenían forma de auto. ¿Llegaste a tenerlas?
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En la década de los noventa no existían las plataformas de streaming como Netflix, Disney Plus, Amazon Prime Video, entre otras. Si una persona quería ver una película en casa, tenía dos opciones: revisar la programación de la televisión o alquilar una cinta de VHS.
En aquel entonces, habían establecimientos dedicados a la venta y alquiler de películas en VHS, uno de los más famosos fue Blockbuster. Esta empresa estadounidense tenía tiendas en varios países del mundo, incluso en Perú; sin embargo, quebró y tuvo que cerrar.
Alquilar un VHS era sencillo, simplemente te acercabas al local y buscabas la película en un extenso catálogo que solía estar dividido por géneros: fantasía, terror, drama, acción, musicales, animadas, etc. Para que te dieran la cinta, era necesario que dejes tu DNI.
Por lo general, el alquiler de un VHS duraba un par de días, tiempo suficiente para disfrutarla, al menos, un par de veces. Debido a que las cintas eran muy costosas, no podías entregarlas maltratadas o rotas, ya que eso significaba pagar una gran multa.
Otra penalidad bastante común en los centros de alquiler de VHS se imponía por no regresar la cinta rebobinada, es decir, por no haberla retrocedido al inicio, como te fue entregada. ¿Por qué no las regresaban? Aunque la mayoría se olvidaba, había otra razón.
Existía el mito de que las videograbadoras provocaban torceduras en las cintas de VHS que dañaban la imagen. Por dicha razón, salieron unos rebobinadores portátiles que hacían dicho trabajo en segundos.
De esta manera, no solo evitabas una multa por no haber rebobinado la cinta, además, protegías los cabezales de tu videograbadora. Aunque este aparato venía en varios modelos, uno que seguro recuerdas fue aquel con forma de auto deportivo.
Usarlo era bastante sencillo, solo abrías la parte superior del auto e introducías la cinta. Una vez que cerrabas el dispositivo, bastaba pulsar un botón para que empiece a rebobinar el VHS. Al terminar, escuchabas una simpática melodía que te indicaba que estaba listo.
Con la llegada de los DVD, blu-ray y las plataformas de streaming, las cintas de VHS y los rebobinadores quedaron obsoletos. Sin embargo, se han convertido en toda una reliquia para los coleccionistas.