Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero...
Algo está cambiando en la actitud de Nicolás Maduro. Hace no mucho se le veía asustado, apocado, dispuesto a hacer concesiones para calmar a Donald Trump y pidiendo la paz en un lamentable inglés. Esta semana ha pasado a una marcada agresividad: un desplante a la reunión CELAC-UE y el anuncio de que moviliza unos 200,000 efectivos para defenderse mejor.
¿Qué puede haber pasado? Quizás ha descubierto que los EE. UU. no atacarán a Venezuela de ninguna manera. O puede ser que Putin le haya dicho que defenderá al chavismo a capa y espada. Ahora falta saber cómo reaccionará Trump a la nueva valentía de Caracas. Pues no es solo un tema caribeño; están pasando cosas en la estrategia de pinzas rusa en Ucrania.
¿Habrá guerra? Como en el refrán, tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe. En una de esas, Maduro empieza a suponer que atacar una nave yanqui puede no tener consecuencias serias. Siempre puede haber algún falso amigo que lo anime a ello, aunque Caracas no necesita mucha animación para cometer ese tipo de costoso error, por ejemplo, en Guyana.
Mientras tanto, sigue el ataque de naves de EE. UU. contra botes quizás narcotraficantes, con pocas explicaciones. Las diferencias de Washington con Gustavo Petro se van volviendo político-diplomáticas, y los problemas con Maduro avanzan cada vez más hacia la vía de los hechos en tierra. Si algo llega a estallar, no encontrará a Bogotá y Caracas unidos.
Una parte del resto de América Latina practica una estudiada indiferencia, como se ha visto en la cumbre de la CELAC. Para muchos países, la decisión de fondo es entre Washington y Beijing, y ese es un juego lento y peligroso, y ahora no es su momento. Por eso también no se entiende el súbito brote de valor y energía antiyanqui en Maduro.
A estas alturas es claro que Trump está asediando una fortaleza, pensando que el tiempo está a su favor. Quizás lo estaba cuando apareció el primer barco de guerra, pero ahora esa estrategia está llena de huecos y de críticos. Pensemos que así le aconseja Putin a Maduro, esperando abrirle un nuevo frente a los EE. UU.
El chavismo no quiere ser invadido ni ganarle batallas a los poderosos gringos. Pero sí puede querer negociar. Para eso, no podía hacerle un feo tan obvio a latinoamericanos y europeos reunidos en Santa Marta. De todas las estrategias, la peor es la errática.

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco X. Cero Facebook. Cero Instagram, cero TikTok. Poemario más reciente: Chifa de Lambayeque (Lima, Personaje Secundario, 2024). Próximo poemario será la quinta edición de Sobrevivir. Acaba de reeditar el poemario Los asesinos de la Última Hora (Lima, Cepo para Nutria, 2025).