Historiador. Radica en Santiago de Chile, donde enseña en la Universidad Católica de Chile. Es especialista en temas de ciencia y tecnología. Su libro más reciente es Los años de Fujimori (1990-2000), publicado por el IEP.

Para qué aprender historia en el Perú, por José Ragas

Manuel Burga es uno de los historiadores vivos más importantes de nuestro país. No es solo que su producción académica es muy amplia, sino que contribuyó decididamente a cambiar los paradigmas con los que estudiábamos el pasado. 

Tan solo un año después de que Francis Fukuyama publicara su famoso libro y best-seller liberal El fin de la historia y el último hombre, otro libro (más pequeño) hacía una modesta irrupción en el mercado editorial peruano.

Escrito por el historiador Manuel Burga, Para qué aprender historia en el Perú llegaba en un momento de quiebre para nuestro país: el Gobierno de Alberto Fujimori había realizado un autogolpe en abril de 1992 para implementar el sistema neoliberal que Fukuyama defendía desde los estantes de las librerías.

 Pero 1993 es también recordado porque fue ese año cuando se promulgó la actual carta constitucional que nos rige y de la cual parece imposible sacudirse o cuestionarla sin ser acusado de terrorista o enemigo del orden público por algún troll, bot o político improvisado.

Aun cuando el libro de Burga no era una respuesta directa al intoxicante optimismo de Fukuyama sobre el triunfo del mercado y el liberalismo, la propuesta de Burga desafiaba abiertamente lo propuesto por Fukuyama, al señalar que al menos en Perú, la “historia” como tal (es decir, entendida como cambio y flujo) no había desaparecido. Todo lo contrario: Burga realizaba una ambiciosa revisión de cómo la tradición andina y la occidental se habían entrelazado e influido mutuamente desde la Modernidad hasta ese momento. Es posible percibir además la influencia de otra fecha importante, 1492, y los debates en torno a la colonización europea y la hibridez que había provocado en los últimos cinco siglos.

Para qué aprender historia en el Perú regresa tres décadas de su edición original, y esta reedición a cargo de la editorial independiente Reino de Almagro no puede ser más oportuna. En un momento en que las fake news, los intentos de reescribir la historia por oportunistas (políticos y sus ideólogos de turno) y la imposición de un modelo libertario están presentes en nuestro país y la región, reflexionar en torno a la importancia de conocer el pasado nacional y colectivo es un ejercicio más que necesario.

Manuel Burga es uno de los historiadores vivos más importantes de nuestro país. No es solo que su producción académica es muy amplia, sino que contribuyó decididamente a cambiar los paradigmas con los que estudiábamos el pasado. Educado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y luego en la École de París (EHESS), fue uno de los promotores de la “nueva historia” junto con un grupo de científicos sociales que permitieron salir de la trampa de la historia como recuento de información y de glorificación de grandes personajes para dirigir nuestra atención a otros actores y agentes no considerados hasta ese entonces.

Cualquier recuento de su obra queda corta, pero es su labor al frente del Lugar de la Memoria como Director entre 2018 y 2025 lo que más quisiera destacar. Burga tuvo la complicada responsabilidad de mantener un espacio que se encontró bajo ataque de grupos negacionistas y que buscaban imponer una visión unilateral del periodo 1980-2000 que exculpaba al Estado y a las Fuerzas Armadas de la violencia desencadenada y de las muertes de ciudadanos. Junto con defender el rol público del LUM, Burga y su equipo lo convirtieron en un espacio de investigación y encuentro para un público de diversas generaciones. Con ello, protegieron una entidad compleja y delicada de los delirios del poder de turno y de sus secuaces. Eso llegó a su fin este año, cuando de manera imprevista (aunque no sorpresiva) la presidenta anunció su reemplazo.

Uno de los nuevos ensayos incluidos en esta nueva edición de Para qué aprender historia en el Perú (“Convicciones y apuestas de dos generaciones”) incluye precisamente un texto escrito durante su periodo como director del LUM. El texto da cuenta de su compromiso con el pasado así como con el presente al analizar de manera comparativa a dos generaciones: la del Centenario, que surgió a inicios del siglo XX y que comenzó a pensar el país de manera crítica, y la llamada “Generación del Bicentenario”, que salió a las calles para desafiar la vacancia de un presidente. Se trató además de la marcha más multitudinaria de nuestra historia, que demostró la capacidad de la ciudadanía para influir en la política y evitar que un gobierno ilegítimo asumiera el control del país.   

El LUM acogió una muestra fotográfica de esta marcha, y la tuvo en exhibición por un tiempo, lo que permitió que los visitantes conectaran no solo con el periodo de violencia política sino otros igual de importantes y decisivos. La violencia contra esta marcha, que ocasionó la muerte de dos jóvenes, fue la antesala de la masacre de unos meses después y el medio centenar de víctimas que aún esperan justicia. Así, y acostumbrado a transitar por varios siglos al realizar sus análisis, este texto de Burga es una invitación reflexionar sobre dos acontecimientos separados por casi cien años y dos generaciones distintas, pero que demuestran la búsqueda de darle sentido al país en momentos de crisis y transformación vertiginosa.

Para qué aprender historia en el Perú ha mantenido su vigencia, treinta años después de su primera publicación. A pocos meses de regresar a las urnas electorales, y en medio de candidatos que ofrecen lo imposible a la vez que van tomando distancia del actual gobierno, es necesario repasar lo que ha ocurrido en los últimos años en el país para evitar repetir errores y para tratar de salir del pozo en el que nos encontramos.  Este libro nos ofrece la posibilidad de incorporar el pasado en nuestro horizonte de análisis y comprender los enormes desafíos que tenemos por delante como país, pero también como individuos.

José Ragas

Pasado vivo

Historiador. Radica en Santiago de Chile, donde enseña en la Universidad Católica de Chile. Es especialista en temas de ciencia y tecnología. Su libro más reciente es Los años de Fujimori (1990-2000), publicado por el IEP.