Donald Trump y Vladimir Putin echan las cartas, digitan cómo puede ser la ‘paz’ con Ucrania, ponen condiciones abusivas para este último país (por ejemplo, que Estados Unidos tome sus plantas nucleares), le dicen al mundo que se hace lo que ellos dicen. Benjamín Netanyahu rompe, sin piedad alguna, el alto al fuego en Gaza.
Uno de sus ministros declara que tal rompimiento es un paso ‘ética’, algo que sugiere un instante tenebroso de la humanidad: ahora matar (niños inclusive), robar territorio o bombardear ciudades pueden ser actos entendidos dentro de cierta lógica moral. Es como crear nuevos referentes de lo que es bueno, malo, destructivo, beneficioso.
La ética puede ser una actitud personal, mientras que la moral da lugar a códigos que establecen normas sociales. Por eso hay una moral liberal, otra cristiana, otra musulmana, otra budista y así. Lo peligroso es que, con esta arremetida de los poderosos inescrupulosos, se va configurando una moral donde ser despiadado se justifica.
La cantidad de veces que el gobierno israelí ha soltados discursos de odio contra los palestinos, que luego se han convertido en crímenes, es impresionante. Por eso, no extraña tanto que se haya permitido destrozar los acuerdos con Hamás, a sangre y bombas, y encima presentarlo ante el mundo como un acto civilizatorio.
¿Cómo entonces se pueden distanciar de un violento grupo extremista musulmán? ¿Cómo Trump puede hablar de una paz impuesta por la fuerza? ¿Por qué Putin no tiene ningún inconveniente en que bendigan, mediante algún acuerdo, su usurpación armada de territorios? ¿En nombre de qué mueren decenas, o miles, de niños palestinos?
La tolerancia de ‘Occidente’ con estos actos, frente a los cuales apenas pide‘contención’, es alarmante. Son actos que exigen indignación, decisiones éticas de otra estirpe. Porque lo que se siente es que esos gobiernos autoritarios de acá y acullá nos van “ganando la moral”. Pasan como una aplanadora sobre principios elementales.
Van ‘normalizando’ los abusos. Si Putin puede anexarse con armas territorios soberanos, si Trump bota a patadas a los inmigrantes y si Netanyahu desata el infierno sobre Gaza, incluso a pesar de la resistencia de una parte de la sociedad israelí, nos aproximamos a la ruina moral. O al tiempo de la moral de la fuerza bruta.
Lic. en Comunicación y Mag. en Estudios Culturales. Cobertura periodística: golpe contra Hugo Chávez (2002), acuerdo de paz con las FARC (2015), funeral de Fidel Castro (2016), investidura de D. Trump (2017), entrevista al expresidente José Mujica. Prof. de Relaciones Internac. en la U. Antonio Ruiz de Montoya y Fundación Academia Diplomática. Profesor de Relaciones Internacionales en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Fundación Academia Diplomática.