En Francia se ha formado un Nuevo Frente Popular (NFP) para las elecciones parlamentarias de fin de mes. El membrete evoca las alianzas de comunistas, socialistas y liberales que, a partir de 1935, intentaron frenar los avances electorales del fascismo. El nuevo frente francés aglutina "izquierdas humanistas, sindicales, asociativas y ciudadanas".
Como su propio llamamiento lo dice, el Partido Socialista, el Partido Comunista, Francia Insumisa, los ecologistas y su entorno político tienen pocos días para constituirse en un conglomerado eficaz. De los cuatro firmantes, solo los socialistas han tenido un avance significativo en Francia durante las pasadas elecciones europeas.
La esperanza del NFP parece ser que el susto del primer lugar obtenido por la extrema derecha de Marine Le Pen, unido al descontento ciudadano por algunas medidas de Macron, propicien en las urnas la unión del progresismo y radicalismo disperso por la campiña política de Francia. Además, se espera que esto suceda a toda velocidad y se traduzca en un sustantivo avance del NFP.
Pero una cosa es avanzar la ficha política radical o progresista, y otra, fletar una derrota significativa a la extrema derecha. Si se busca realmente lo segundo, habría que promover el voto también por las fuerzas en torno a Emmanuel Macron. Es decir, la derecha estándar, que desde hace tiempo existe como un mal menor frente a la Agrupación Nacional para-fascista de Le Pen y partidos similares.
Pero el NFP ya ha tenido sus primeros problemas. Raphaël Glucksmann, cabeza de lista del Partido Socialista en la pasada elección francesa al Parlamento Europeo, puso algunas condiciones para que el PS entrara al frente. Pero fue rápidamente superado por la tendencia a la unión, que algunos han descrito como un verdadero pánico frente a la brevedad de los plazos.
El pasado viernes 14, las encuestas mostraban que la coalición progresista podía superar a todos, incluso a Macron. El ministro de Finanzas ha declarado que, de ganar el NFP, retiraría a Francia de la Unión Europea (¿Frexit?). Con lo cual hay miedo electoral en todas partes. Sobre todo en las filas de Macron, quien lanzó la elección relámpago y ahora puede ser el aprendiz de brujo en esta historia. Nadie sabe para quién trabaja.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).