Marcia Abanto (*)
Un llamado a la puerta a las 4 a.m., una voz familiar que pide ingresar y luego, al abrir, un golpe impetuoso en el ojo izquierdo. Así fue que el 5 de julio de este año, Jonathan Sarmiento Llanto –conocido artísticamente como John Kelvin– irrumpió en el domicilio de su esposa Dalia Durán Gómez, mientras sus hijos dormían. Lo que vino después fue descrito por Dalia en un medio televisivo como un ataque feroz: “Si ahorita estoy sentada acá es de milagro (…) yo estuve apunto de quedar muerta el día domingo”.
Días después, el 26° Juzgado de Investigación Preparatoria de Corte Superior de Justicia de Lima dictaminó siete meses de prisión preventiva contra Sarmiento por los presuntos delitos de violación sexual y lesiones físicas y psicológicas.
En el Perú, de acuerdo a cifras reportadas por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, de enero a junio del presente año, los Centros de Emergencia Mujer atendieron a 68 696 mujeres a nivel nacional por violencia psicológica (46,3%), física (39,3%), sexual (14,1%) y económica (0,3%). Asimismo, del total de mujeres atendidas, 1043 no contaban con nacionalidad peruana.
Frente a esta situación, es clave reflexionar acerca del rol que cumplen los medios de comunicación para llamar la atención sobre la problemática de la violencia de género y contribuir a prevenirla y erradicarla. Estos, al informar sobre los hechos, no solo visibilizan las diversas situaciones de violencia que enfrentan las mujeres en el Perú, sino que pueden agilizar la respuesta de las instituciones del Estado y de esa manera –como en casos similares al de Dalia Durán–, efectivizar el acceso a la justicia que merecen las víctimas.
En nuestro país existe un marco normativo que establece responsabilidades para los medios de comunicación a fin de que contribuyan a la erradicación de la violencia, como la Ley N° 30364, Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar que señala que los medios deben garantizar objetividad informativa, defender los derechos, la libertad y la dignidad de las mujeres víctimas de violencia y la de sus hijos o hijas así como tener cuidado con el tratamiento gráfico de los casos.
Asimismo, la Ley N° 28278, Ley de Radio y Televisión nos recuerda que los servicios de radiodifusión se rigen bajo los principios de defender a las personas y respetar su dignidad; así como el defender los derechos humanos fundamentales y las libertades, consagrados en los tratados internacionales y en nuestra Constitución Política.
Si bien contar con la normativa señalada es fundamental, ello no es suficiente. En esa línea, no se puede perder de vista que, desde la construcción del discurso noticioso sobre violencia de género hasta su difusión, los medios de comunicación tienen el deber de apostar por un tratamiento responsable y que incorpore los enfoques de género y de interseccionalidad. Estos últimos, son herramientas que excluirán el sensacionalismo, los estereotipos, la revictimización, la deshumanización de los agresores de las coberturas noticiosas, es decir, aquellos elementos que terminan por ocultar la verdadera razón por la cual se perpetúan los delitos contra las mujeres: imposibilitarles el ejercicio de sus autonomías, sea física, económica o de toma de decisiones.
A manera de sugerencia, es importante que los medios realicen un análisis de su cobertura periodística y autoregulen sus contenidos, trabajen de manera articulada con el Estado para implementar protocolos o medidas para un correcto tratamiento, rechacen las diversas manifestaciones de violencia hacia las mujeres, y contribuyan a la prevención al difundir los servicios a los que puede acudir la ciudadanía ante un caso de violencia de género.
Solo así, los medios de comunicación podrán cumplir con su responsabilidad social; asegurar la percepción y comprensión del tema como vulneraciones sistemáticas de los derechos humanos de las mujeres, con particularidades específicas de acuerdo a cada caso y el contexto en el que se lleven a cabo; y ejercer plenamente su rol de aliados en la lucha frontal contra la violencia.
(*) Miembro del grupo de investigación “Cultura, medios y poder”-Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
Redacción La Periferia es el Centro. Escuela de Periodismo - Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
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