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Estados Unidos

La nueva amenaza de Donald Trump para las ciudades santuario de EE. UU. que bloqueen deportaciones masivas

Trump intensifica su presión sobre las ciudades santuario con posibles sanciones legales y recortes federales, buscando fortalecer su estrategia de deportaciones masivas. ¿Cómo afectará esto a las jurisdicciones que defienden a los inmigrantes?

Trump plantea una serie de medidas contra las ciudades santuario que pongan obstáculos para las deportaciones masivas. Foto: Composición LR
Trump plantea una serie de medidas contra las ciudades santuario que pongan obstáculos para las deportaciones masivas. Foto: Composición LR

La administración de Donald Trump ha intensificado su enfoque hacia las ciudades santuario en EE. UU., territorios que han adoptado políticas para proteger a los inmigrantes indocumentados y limitar su cooperación con las autoridades federales de inmigración. Este movimiento se ha convertido en uno de los puntos más conflictivos en la política estadounidense, ya que estas ciudades, como Los Ángeles, Chicago y Denver, representan un desafío directo al plan de deportaciones masivas que Trump y su equipo buscan implementar a nivel nacional.

A través de su nueva estrategia, Trump ha amenazado con aplicar sanciones legales a inmigrantes y recortes federales en las ciudades que no colaboren con las políticas de deportación. De acuerdo con un reporte de The Washington Post, los asesores del presidente están evaluando cómo retirar recursos federales de estos territorios. Esta estrategia se basa en presionar a los gobiernos locales para que adopten las políticas migratorias impuestas desde la Casa Blanca.

¿Qué hará Donald Trump con las ciudades santuario que bloqueen las deportaciones?

La estrategia de Trump contra las ciudades santuario se enfoca en la posibilidad de usar el Título 8 del Código de los EE. UU., que establece sanciones penales para aquellos que alojen o protejan a inmigrantes indocumentados. Tom Homan, el nuevo "zar fronterizo" designado por la administración, ha sido claro al declarar que no dudará en encarcelar a cualquier funcionario local que interfiera con las políticas federales. Este enfoque busca generar una presión significativa sobre las jurisdicciones que defienden a los inmigrantes, como parte de la promesa electoral de Trump de lograr deportaciones masivas.

Homan también ha insistido en que los líderes locales que se opongan activamente a las políticas de inmigración enfrentan consecuencias severas. El alcalde de Denver, Mike Johnston, ha sido uno de los más vocales en su oposición, llegando a declarar que está dispuesto a ir a la cárcel para proteger a los inmigrantes en su ciudad. Sin embargo, más tarde suavizó su postura, comparando su acción con las protestas de Tiananmen de 1989.

Las ciudades santuario podrían ser sancionadas penalmente por Trump. Foto: El Periódico

Las ciudades santuario podrían ser sancionadas penalmente por Trump. Foto: El Periódico

La importancia de los recursos federales en las ciudades santuario

El retiro de fondos federales es una de las principales herramientas con las que el gobierno de Trump busca presionar a las ciudades santuario. Los recursos federales son fundamentales para el funcionamiento de muchas de estas ciudades, desde programas de salud hasta de seguridad pública, y la amenaza de suspenderlos podría generar un impacto económico significativo.

Los recortes federales se han planteado como una táctica para hacer que los gobiernos locales reconsideren su postura frente a la política de deportaciones. De hecho, Homan mencionó que las ciudades que bloqueen la cooperación con las autoridades de inmigración podrían perder fondos federales clave que financian proyectos de infraestructura y seguridad. El impacto de estas sanciones no solo afectaría a las autoridades locales, sino también a la comunidad en general, especialmente en áreas con grandes poblaciones inmigrantes.

¿Cómo los aranceles fortalecerán las fronteras?

Una de las medidas adicionales que Trump ha considerado para presionar a países como México y Canadá es el uso de aranceles. En particular, Trump amenazó con imponer un impuesto del 25% sobre los productos importados desde estos países, con el fin de que fortalezcan sus fronteras y colaboren en la lucha contra la migración y el tráfico de drogas. La medida busca que los países vecinos de EE. UU. colaboren de manera más activa en el control de la migración, bajo la amenaza de sanciones comerciales que afectarían gravemente sus economías.

Los aranceles se han convertido en una herramienta de presión diplomática que Trump utiliza para obtener acuerdos más estrictos en términos de migración. Esta estrategia, sin embargo, podría generar tensiones diplomáticas y económicas entre EE. UU. y sus socios comerciales más cercanos, lo que podría tener repercusiones a largo plazo para las relaciones internacionales.