La américa rusa: la vez que Rusia colonizó California, Alaska y Hawai en Estados Unidos
Esta es la fascinante historia de Russkaya Amerika, el episodio poco conocido en el que Rusia colonizó Alaska, y extendió su influencia hasta California y Hawái. Conoce más detalles sobre este tema.
En el pasado de la historia de América del Norte, la presencia rusa a menudo es relegada a un papel secundario. Sin embargo, la realidad es que los rusos jugaron un papel significativo en la colonización de este vasto continente. Desde las heladas costas de Alaska hasta las soleadas tierras de California y Hawái, la influencia rusa dejó una huella perdurable en la región. Este artículo explora a detalles en el fascinante relato de Russkaya Amerika, el período en el que el vasto imperio ruso extendió sus dominios más allá de los confines de Eurasia, explorando y colonizando vastas extensiones de tierra en América del Norte.
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¿En qué año sucedió este suceso y cómo fue?
En la tarde del 16 de diciembre de 1866, Alejandro II de Rusia, junto con su hermano y un grupo selecto de altos funcionarios de los ministerios de Marina, Asuntos Exteriores y Finanzas, se congregaron en secreto en San Petersburgo para tomar una decisión de urgencia. Sin apenas oposición, la decisión fue rápida y unánime: Alaska debía ser vendida a Estados Unidos. El emperador, al constatar el consenso, respaldó las negociaciones con Washington. En un lapso de 3 meses, la transacción, que implicaba un pago de US$7,2 millones, ya había obtenido la aprobación del Senado estadounidense y, para mayo de 1867, fue ratificada por el presidente Andrew Johnson.
¿En qué estados de Estados Unidos llegó el imperio ruso?
Hubo un período en esta historia en el que el imperio ruso se expandió hasta alcanzar las costas del Pacífico. No solo establecieron una presencia duradera en Alaska, sino que también se aventuraron más al sur. Inicialmente, estos territorios pertenecían a España, pero luego pasaron a ser parte de la provincia mexicana de Alta California, que hoy conocemos como el estado de California. Este capítulo de la historia es un testimonio fascinante de la expansión y la influencia global de Rusia durante ese tiempo.
Esta es una representación del pueblo de California en el año 1866. Foto: IA
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¿Cómo fue el inicio de la colonización?
Hace dos siglos, los españoles y portugueses se aventuraron en la exploración, conquista y colonización de América. Pronto se les unieron ingleses, franceses y holandeses. Sin embargo, los rusos también se aproximaban al continente desde su extremo noroccidental. En los primeros años del siglo XVIII, la política expansionista de Pedro I de Rusia, conocido como 'el Grande', había llegado a los límites del Pacífico.
Acompañado por el experimentado cartógrafo K.P. von Verd y el instructor naval Alekséi Chírikov, Bering recorrió 9.600 kilómetros desde San Petersburgo hasta la península de Kamchatka. Aunque no llegó al punto más oriental de Asia ni pudo confirmar la existencia de un mar allí, sí avistó la costa americana al otro lado.
Así es la historia de la famosa California rusa
Entre los años 1806 y 1807, Nikolái Rezánov, en calidad de representante de la Compañía Ruso-Americana, visitó el presidio español de la Yerbabuena, que se conoce hoy como San Francisco. Posteriormente, en 1811, Ivan Aleksandrovich Kuskov, un administrador de la misma compañía, exploró las costas de la región. A medida que la Alta California se convirtió en una provincia mexicana en noviembre de 1822, el estatus del fuerte ruso se volvió incierto, ya que estaba poblado por súbditos del Imperio ruso, pero con una soberanía de jure indefinida y con rendimientos agrícolas insuficientes.
Finalmente, en 1848, mediante el Tratado de Guadalupe Hidalgo, el fuerte, junto con toda la Alta California, pasó a manos de los Estados Unidos. En 1850, la compañía ruso-americana estableció una oficina en San Francisco para negociar acuerdos comerciales con empresas estadounidenses, aunque su existencia se prolongó solo por una década y media.
Una referencia de cómo vivía el pueblo en la antigua California rusa. Foto: IA