Domingo

Los estudiantes que defienden sus sueños

Hace unos días, un puñado de jóvenes de distintas partes del país llegó a Lima para exigir al gobierno que no reduzca las becas del programa Beca 18. Chicos y chicas estudiosos, pero pobres, algunos huérfanos, defendieron su derecho a una educación superior accesible y de calidad. Al final, el gobierno accedió a sus reclamos.

En Lima. Alexander Casas y otros miembros del Frente de Postulantes. Foto: Félix Contreras/La República
En Lima. Alexander Casas y otros miembros del Frente de Postulantes. Foto: Félix Contreras/La República

La tarde del último jueves, en la sala de una casita en Jicamarca, San Juan de Lurigancho, tres jóvenes escuchaban atentamente la conferencia de prensa que en ese momento daba el ministro de Educación, Rosendo Serna, en torno a los cambios realizados en el concurso de becas del programa Beca 18.

Los jóvenes –un chico y dos chicas– formaban parte del Frente Único de Postulantes al Pronabec (FUPP) y habían llegado días atrás a Lima, a duras penas, casi sin dinero, con el objetivo de expresar su protesta ante la confirmación de que el Ministerio de Educación había reducido el número de vacantes de Beca 18 para el próximo año: de 5 mil a apenas 1.194.

Esa tarde, cuando el ministro Serna anunció que se lo habían pensado mejor y que se mantendrían las 5 mil becas, los chicos se miraron con alegría: después de todo, lo habían logrado.

Y aunque minutos después, cuando el titular de Educación dijo que se cambiarían algunos aspectos de las bases, la preocupación volvió a sus rostros, el hecho de que se anulara la intención de quitarles las tres cuartas partes de las becas era por sí sola una victoria.

Para ellos, jóvenes de zonas rurales, pobres, algunos huérfanos, una enorme victoria.

Golpe a los estudiantes

A inicios de semana, la noticia llenó de preocupación a muchas familias, sobre todo del interior del país: el gobierno había decidido reducir en más de 78 millones de soles el presupuesto del programa Beca 18 para el próximo año.

Eso significaba que las 5 mil vacantes que se ponían a concurso todos los años serían ahora menos de 1.200. Un número muy reducido, tomando en cuenta la alta demanda que existe por las vacantes que ofrece Beca 18: solo el año pasado hubo más de 66 mil postulaciones.

La preocupación era mayor porque además de las becas ordinarias, se estaba reduciendo el número de becas especiales. Por ejemplo, las becas exclusivas para las comunidades amazónicas y afroperuanas pasaban de ser 365 en 2022 a solo 87 en 2023. Y las becas REPARED, creadas como un mecanismo de reparación educativa para las víctimas de la violencia política, se reducían de 550 a solo 132.

El ministro Serna trató de justificar la decisión con el argumento de que Beca 18 no estaba llegando a los estudiantes más pobres y vulnerables del país y que el gobierno prefería concentrar los recursos en el mecanismo de ingreso libre a las universidades, el cual todavía no ha sido aprobado por el Congreso.

–Fue una decisión política, más que una basada en argumentos técnicos –indicó Jorge Mori, director del Centro para el Análisis de Políticas Públicas de Educación Superior (CAPPES), en diálogo con DOMINGO. –El mecanismo de ingreso libre en el mejor de los casos estará listo el 2024. Y es una modalidad de admisión, no sustituye a Beca 18, son instrumentos completamente diferentes.

Como Mori, otros especialistas recordaron que Beca 18 ofrece una cobertura mayor: no solo financia los gastos de postulación sino también de matrícula, pensión de estudios, computadora portátil, movilidad local y alojamiento. En el mejor de los casos, el ingreso libre y Beca 18 podrían ser mecanismos complementarios.

Mientras esta discusión sucedía en medios y redes sociales, los chicos del Frente Único de Postulantes de Pronabec, más de 400 en todo el país, conversaban intensamente en grupos de Whatsapp y reuniones por Zoom y tomaban la decisión de enviar a una delegación a Lima a tratar de convencer a las autoridades educativas de que estaban cometiendo un gran error.

Inclusiva. El acceso a Beca 18 les cambió la vida a muchas familias de las zonas andinas. Foto: cortesía

Inclusiva. El acceso a Beca 18 les cambió la vida a muchas familias de las zonas andinas. Foto: cortesía

Jóvenes del Perú profundo

Uno de los muchachos que escuchó al ministro el jueves en la casita de Jicamarca se llama Alexander Casas. Él es el presidente del FUPP.

Alexander (18) es de Huancavelica, pero vive en una pequeña comunidad del distrito de Santo Domingo de Acobamba, Junín, en el VRAEM. Cuando era muy chico, su padre los abandonó a él y a su madre. Con el tiempo, ella formó una nueva familia y Alexander quedó bajo el cuidado de su abuela. Hace dos años, la anciana tuvo un accidente y perdió una pierna. Alexander es ahora quien se hace cargo de ella. Trabaja por horas en una florería y el resto del tiempo estudia. Sueña con ser ingeniero empresarial. Estudiar en la Universidad del Pacífico. Trabajar en la administración pública. Servir al país.

Con él estaba Priscilla Solsol (19). Ella vive con su madre en Tocache, San Martín. Hasta hace dos años, su sueño era seguir la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad San Marcos, pero su mundo se vino abajo cuando su padre falleció por covid. Su madre, impactada, sufrió un derrame y ahora ella debe cuidarla. El plan de vivir en Lima con el apoyo económico de la familia quedó frustrado. Beca 18 es, por ahora, su única esperanza de retomar su sueño.

También llegó a la capital Piero Tachahua (16), desde Huánuco. Miembro de una familia muy golpeada por la pandemia, este adolescente, mayor de tres hermanos, quiere estudiar Ingeniería de Sistemas en la UTEC. Y también Hipólito Torres (18) desde Antabamba, Apurímac, quien vive con sus padres, agricultores, y se ilusiona con seguir Derecho en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

Fueron una decena los chicos y chicas de la FUPP que, pidiendo prestado, haciendo colectas, tomaron buses desde sus provincias de origen y llegaron a Lima para buscar a congresistas y autoridades que les pudieran ayudar a detener la reducción del número de becas.

El martes hicieron un plantón frente al Ministerio de Educación y el Congreso. Y el miércoles visitaron a las legisladoras Flor Pablo, Norma Yarrow y Sigrid Bazán. El pedido fue el mismo: ayúdennos a acceder a una educación superior de calidad para salir adelante.

–En el Perú, solo tres de cada diez jóvenes acceden a una educación superior, una de las tasas de transición educativa más bajas de la región– explicó Jorge Mori a DOMINGO. –El 40% de jóvenes con buen desempeño en las pruebas ECE ni siquiera llegan a postular a una institución superior por razones económicas. Por esa razón, Beca 18 es tan importante.

Proceso. El ministro ha anunciado que se revisarán las bases del concurso. Foto: Beca 18.

Proceso. El ministro ha anunciado que se revisarán las bases del concurso. Foto: Beca 18.

Sin dinero, casi sin familia, en una ciudad que no era la suya, Alexander, Priscilla y los demás se hicieron escuchar. El jueves, el ministro anunció que se mantendrían las 5 mil becas. Ahora, ya en sus provincias, ellos esperan que la anunciada revisión de las bases no perjudique a los miles de jóvenes que se están preparando para acceder a una plaza. Ni que se tomen represalias contra ellos, que lo único que hicieron fue alzar la voz para hacer valer sus derechos.