Domingo

Los atracadores de la banda bicolor

La Banda Presidencial, la nueva película de Eduardo Mendoza, nos plantea encarar con humor el presente gris: políticos corruptos, crisis económica e inestabilidad galopante. Cuatro amigos se disfrazan de expresidentes y roban un casino. El parecido con la realidad no es coincidencia.

"Fue la película más compleja que he hecho. Grabar era como ir con un cuchillo en el cuello todos los días”. Foto: La República / Marco Cotrina
"Fue la película más compleja que he hecho. Grabar era como ir con un cuchillo en el cuello todos los días”. Foto: La República / Marco Cotrina

Cuatro amigos deciden robar un exclusivo casino limeño. Lo hacen en Halloween y para ocultar sus identidades usan máscaras de cuatro expresidentes: Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Alberto Fujimori. El golpe se les va de las manos, terminan secuestrando a un congresista y luego todo es cuesta abajo. Sin riesgo de spoiler, esta es, a grandes rasgos, la trama de La Banda Presidencial (2021), la nueva película del director peruano Eduardo Mendoza, que se estrenará este 22 de septiembre en cines y ya provoca todo tipo de comentarios en redes sociales.

“La película busca, desde la comedia, recoger la frustración y el cansancio, que la mayoría de los peruanos sentimos sobre nuestra clase política”, posteó Mendoza en su Facebook.

Ver a cuatro atracadores disfrazados de exgobernantes corruptos puede parecer una broma pesada, pero es también un ejercicio de catarsis colectiva. “Los veremos haciendo lo que ellos nos hicieron en su momento: robarnos”, dice el actor Emilram Cossío, Kike en la ficción, un conductor de combi que se con-vierte en líder de la banda al planear el asalto, y se disfraza de García.

“La única forma de procesar todo lo que el país ha vivido por la corrupción es con humor”, añade Mendoza, director de la premiada película El evangelio de la carne (2013), quien, tras entregar La Hora Final (2017) –un drama político sobre el terrorismo y los entretelones de la captura de Abimael Guzmán– se quedó con el bicho de hacer un filme que tenga pinceladas de nuestra historia reciente.

Fotograma de la película. En la ficción,  García y Toledo se levantan en peso un exclusivo casino.

Fotograma de la película. En la ficción, García y Toledo se levantan en peso un exclusivo casino. Foto: La República

“La imagen de estos cuatro amigos con la cara de los presidentes atracando como una banda [de delincuentes] es un mensaje pode-roso. Porque las coimas que estos políticos recibían eran actos higiénicos, no dejaban huella, y robaron de una forma descarada. En la película, que es un sátira, queremos graficar lo que hicieron durante los últimos veinticinco años”, afirma el director, quien escribió el guion junto a Rasec Barragán en 2019, proyectando grabar la película al año siguiente.

Sin embargo, cayó la pandemia, empezó la cuarentena y el proyecto se paralizó. De hecho, la grabación jamás se concretó, porque fue programada para el 16 de marzo de 2020, el día en que Martín Vizcarra decretó la inmovilización social a nivel nacional. Esa primera toma, que sería grabada en Chorrillos, a las 5:30 de la mañana, nunca se dio. “Casi me mato. Pensamos que la cuarentena duraría 15 días, y se prolongó más de un año”, cuenta Mendoza.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente. Foto: La República

A medida que las actividades se fueron reactivando, el director se lanzó y retomó las grabaciones en agosto de 2021. Recién vacunado con la primera dosis, con riesgo de contagio, pero con todas las medidas de bioseguridad, decidió que ese era momento de rodar. “No tenía sentido hacerlo más adelante”, comenta. Y es que una de las cualidades de La Banda Presidencial es que se inscribe en nuestro presente inmediato: se verá reflejada la crisis económica, política y social que vivimos los peruanos.

Los atracadores son cuatro amigos que rondan los 40: Ramiro es profesor (interpretado por Giovanni Ciccia), Silvio es enfermero (Andrés Salas), Fredy es vendedor de celulares (Haysen Percovich) y Kike es conductor de combi (Emilram Cossío). “Cada uno nos representa, son esos cuatro amigos que están frega-dos, y no es que no quieran pelearla, sino que la situación del país está empeorando, todo es precario e informal, y, de repente, a uno se le ocurre cambiar su realidad asaltando un casi-no”, explica el director.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente. Foto: La República

“La gente en necesidad piensa de todo para cambiar su vida, en asaltar un banco como en La Casa de Papel, en ganarse la Tinka, en robar un casino. Mi personaje ha llegado al límite, nunca en su vida encañonó a nadie, él es el que planea el golpe, y tiene estos ataques de narcolepsia, que hacen que se quede dormido en momentos de estrés”, dice Emilram.

Y un personaje que da un giro inesperado a la historia es el de Christian Ysla, que interpreta al congresista Héctor Chávez, que termina como rehén de los asaltantes y, como vemos en el trailer, parece que se amista con ellos, aparece jugando fulbito y viendo la tele. “Mientras escribía el guion me daba una risa, es que en el Perú pasan cosas alucinantes, por ahí sentía que podía generar em-patía con el espectador”, dice el cineasta.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente. Foto: La República

Hacer comedia con estrés

Y volviendo a la grabación de la película, ya dijimos que se realizó en plena segunda ola. ¿Cómo fue rodar una comedia en un contexto de tal estrés? “Los cuatros somos muy amigos, eso ayudó mucho, además, mis compañeros eran muy disciplinados con el cuidado del COVID, la consigna era ir de la grabación a la casa y viceversa, y no tener contacto con nadie más”, agrega Emilram. “Para mí fue un desfogue emocional y descarga de tensión porque muchos actores no grabábamos una película hacía más de un año, con ésta volvimos a conectarnos con nuestros compañeros”, cuenta Haysen Percovich, quien lleva la máscara de Humala.

Para Eduardo Mendoza rodar fue un carrusel de emociones: tenía que usar doble mascarilla por doce horas, sofocándose bajo el calor de las luces; su equipo tenía que pasar por pruebas de hisopado con frecuencia; además, acababa de nacer su hijo, y tenía mucho temor de llevar el bicho a casa. “A pesar de tener pocas locaciones, fue la película más compleja que he hecho. Grabar era como ir con un cuchillo en el cuello todos los días”, dice.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente.

Los actores Andrés Salas y Giovanni Ciccia detrás de las máscaras de Toledo y Fujimori respectivamente. Foto: La República

Al director le han reclamado en las redes por qué no actualizó el elenco de los atracadores e incluyó las máscaras de Vizcarra -que se vacunó por lo bajo-, o del actual presidente Pedro Castillo, en cuyo entorno hay sospechas de corrupción: “Hay que recordar que la película se grabó en agosto del 2021, Castillo acababa de ganar las elecciones”. Finalmente agrega: “Esperamos que el público se conecte y sienta que esos cuatro amigos los representan y pue-dan tener una revancha, al menos en la ficción, para burlarse de estos [políticos] que se burlan todos los días de nosotros”.