Domingo

Antenor Guerra García: «Felizmente, el fútbol peruano está perdiendo la gitanería»

Investigación. El periodista acaba de publicar Equipos que fueron, un libro que habla de clubes de primera división que desaparecieron con el tiempo.

El jugador de la sierra es más volante de contención, ahí juega la composición física, el famoso “tres pulmones”. Foto: Félix Contreras/La República
El jugador de la sierra es más volante de contención, ahí juega la composición física, el famoso “tres pulmones”. Foto: Félix Contreras/La República

¿De dónde son las estrellas que, dirigidas por Ricardo Gareca, tratan de llevar al Perú al mundial de Qatar? ¿Qué procedencia tienen? Cuando ya se disipan las reacciones al empate con Ecuador, que nos mantiene con vida en las eliminatorias, el periodista Antenor Guerra García enriquece el debate sobre nuestro fútbol al reflexionar sobre el aporte histórico de cada región del Perú a la selección nacional y reafirma su convicción de que, luego de las dos fechas que se jugarán en marzo, contra Uruguay y Paraguay, el combinado bicolor aterrizará en Doha para mostrar su talento.

Tú eres una persona que estudia el fútbol del pasado para entender un poco nuestro presente. ¿Cuál dirías que es la característica principal de la selección a través de los años?

De hecho, siempre fue la gitanería. Creo que los mejores años de la selección peruana contemporánea estuvieron entre 1967 y 1985. ¿Por qué? Porque en el 67, con Universitario de Deportes, hicimos una gran campaña en Copa Libertadores, ganándole a River y a Racing. Después clasificamos al mundial de México, con una selección local. En esos tiempos teníamos a cinco jugadores de primera línea jugando en ligas top: en Italia jugaba Benites, que había sido campeón del mundo con el Milan; en Argentina jugaba Miguel Loayza, que había debutado en la selección del 59; estaba Julio Meléndez, que era campeón con Boca Juniors; estaba Juan Seminario, que era “Pichichi”, gran goleador del Zaragoza de España, y también Juan Joya, campeón con Peñarol. Eran jugadores de cinco ligas de primer nivel que no fueron considerados en esta selección peruana que eliminó en Argentina a la poderosa albiceleste, que había hecho un campañón en el 66, para el mundial. Luego clasificamos al mundial de México. Clasificamos en el 78, clasificamos el 82, ganándole a Uruguay, que era el favorito. Y empatamos con Argentina en el 85, antes del Mundial 86. Ahí se terminó nuestra gran época.

Hasta hoy.

Sí, pero te repito, hemos sido un fútbol gitano, y felizmente que estamos perdiendo esa gitanería. Porque la situación actual es distinta y yo estoy seguro de que vamos a clasificar. Y lo dije desde que empezaron las eliminatorias, no ahora, para que no digan que me he subido al coche. Y lo digo porque veo el trabajo sostenido de un gran entrenador. Ricardo Gareca supo deconstruir el ADN del futbolista peruano, de un fútbol hábil, de un fútbol pícaro, pillo, potenciándolo con el aspecto físico y fundamentos estratégicos, que es lo que necesitábamos. Eso resume el éxito de Gareca. Él es un admirador del fútbol peruano de toda la vida, desde que jugaba en el América, con Cueto.

Has mencionado a la picardía del fútbol peruano. ¿Es una habilidad real? O sea, ¿todos los futbolistas peruanos del período que tú has mencionado, del 60 al 80, la tenían o solamente unos cuántos y en determinados momentos?

Mira, esa picardía viene de muchos años atrás. Viene desde “Manguera” Villanueva, en los años 30. Que no he visto, pero he leído muchísimo. He leído historias contadas en revistas de la época. En Sport del año 30, 31, en Variedades, donde hablan de un fútbol de filigrana, practicado por Villanueva, por José María Lavalle, por Koochoi Sarmiento. Después tuvimos este tipo de jugadores en Alianza, en el Boys. No es que estos jugadores pícaros estuvieron solo en la selección de los 70. Siempre los hemos tenido. Y ahora lo ves en Cueva, lo ves en Carrillo. Carrillo para mí es una mezcla de Barbadillo y Muñante, la picardía del primero y la velocidad del segundo.

¿Cuánto tuvo que ver tu papá en este estudio que has hecho sobre los clubes del fútbol nacional?

Mira, provengo de una familia política y futbolera. Mi padre, médico, congresista por UPP, era muy futbolero e hincha de la ‘U’. Era de familia cajamarquina, donde cada uno de los cuatro hermanos varones era hincha de un equipo diferente: mi padre era de la ‘U’, mi tío Antenor de Alianza, mi tío Pancho, que fue senador de izquierda en la época de Barrantes, era del Boys, y mi tío Nano del Municipal. Entonces, ya había una discusión política y futbolera en la sobremesa, en la casa. Y a mi padre le gustaba ir a la Copa Perú a ver a su UTC de Cajamarca. Eran esas finalísimas en las que llegaban al Estadio Nacional los seis mejores equipos del Perú. Y era una fiesta ver al Torino de Talara, al Huracán de Arequipa, al Salesiano de Puno, al Deportivo de Junín. Y nosotros íbamos a alentar al UTC de Cajamarca, que campeonó en los 80. Y no solamente me hablaba de los equipos de la Copa Perú, sino me hablaba de los clubes de antaño. Me hablaba de Centro Iqueño. Me hablaba del Mariscal Sucre y sus uniformes cruzados.

"Carrillo para mí es una mezcla de Barbadillo y Muñante”, señala Antenor Guerra García. Foto: Félix Contreras/La República

"Carrillo para mí es una mezcla de Barbadillo y Muñante”, señala Antenor Guerra García. Foto: Félix Contreras/La República

Me hablaba de los clubes, de sus historias, de sus camisetas; de sus mecenas. Porque todos estos equipos que están en mi libro, tenían mecenas, y cuando moría el mecenas…

Desaparecía también el club.

Desaparecía, sí.

Hay un dato puntual en la nota que has publicado esta semana en la revista Sudor. Ahí dices que de los 750 futbolistas que ha tenido la selección, a lo largo de toda su historia, 689 son de la costa, 29 de la sierra y 13 de la selva. ¿A qué se debe esta diferencia tan marcada?

Mira, el fútbol llega al Perú a fines del siglo XIX, traído por los ingleses, y llega por la costa, al Callao, a Piura.

Por los puertos.

Sí. Entonces, llega después a la sierra y a la selva varios años más tarde. Por todo esto es que primero se forman el Chalaco, el Ciclista y todos estos clubes antiguos. Esa es una primera respuesta. Pero creo que el factor físico también es importante. Hay mucho jugador moreno, sobre todo nacido en Chincha, en Pisco, o en la costa, que físicamente tiene un biotipo más acorde con el fútbol.

Esa es la explicación de por qué Ica, después de Lima y Callao, es la segunda región que más ha aportado jugadores a la selección.

Sí, mira a Chincha, mira a Pisco. Ica tiene 83 jugadores, si no me equivoco, en la relación histórica de la selección. Además, es muy fácil jugar fútbol en una pista, sobre llano, es más fácil que jugar en la sierra. Ojo, todas las ciudades de nuestro país tienen estadios, pero algunas los tienen en condiciones agrestes.

Así que la geografía es un factor determinante…

En la composición de los 700 jugadores que han pasado por la selección sí, porque tienes, creo, solo un 4% de futbolistas que crecieron o nacieron a en la sierra. Ahora, también están los tipos de jugadores: el jugador de la sierra es más volante de contención, ahí juega la composición física, el famoso “tres pulmones”. Son futbolistas con un tórax más ancho.

¿No hay delanteros de la sierra?

Mira, casi todos son de la costa. Dime un delantero serrano.

No recuerdo, solo defensas.

Así es, son defensas, son volantes de contención. Mira a Ccahuantico, ¿te acuerdas del jugador de Cienciano? Era volante de contención. O Retamozo.

De Apurímac.

Sí. En cambio, los delanteros son más costeños.

¿Podríamos decir entonces que el centralismo también afecta al fútbol?

En parte. La primera selección que nos representó en la Copa América, el 27, que se jugó acá en Lima, solo tuvo dos jugadores nacidos fuera de la capital, eran dos arequipeños. Casi cien años más tarde, en la selección que compitió en la Copa América del año pasado, hubo siete jugadores de provincias, de 23, estamos hablando de casi un tercio. Entonces yo creo que se ha mejorado un poco, se ha descentralizado el fútbol y esto tiene que ver con la Copa Perú, que se juega a partir del 67. Y el campeonato nacional, de primera, también ha ido cambiando. Antes era básicamente limeño. Eran la ‘U’, Alianza, Cristal, Municipal, Boys y Chalaco, y subían y bajaban Porvenir Miraflores, Defensor Arica, Ciclista Lima, en fin. Pero todos eran de Lima. En el campeonato actual, de los veinte equipos, más del 50% son del interior. De de la capital sigue siendo Alianza, luego Universitario, Cristal, Sport Boys, la San Martín, que ha vuelto a primera. Pero los demás son Melgar, UTC, Ayacucho, Carlos Stein, Miguel Grau de Piura. Entonces, hay lo que no se está dando a nivel de sociedad, el fútbol sí ha empezando a descentralizarse.

Ahora, hay regiones que nunca han aportado un solo jugador a la selección. Por ejemplo, Tumbes, Huancavelica, Pasco. ¿Eso a qué se debe?

Has mencionado a Huancavelica, ¿no? Es el Trapecio Andino, una región pobre. De hecho, Huancavelica nunca ha tenido fútbol de primera. Tampoco ha tenido un campeón en Copa Perú, como tampoco lo ha tenido Apurímac. Amazonas tampoco ha tenido equipo en primera división. Chachapoyas nunca ha tenido un fútbol en primera. Tumbes tampoco. Y esto tiene que ver con la pobreza. Cuando una región tiene movimiento y hay plata, siempre aparece un mecenas que apuesta por un club, pero eso no se da en estas regiones.