Cultural

Rosaura, una guerrera de sueños

Teatro. Mañana se estrena La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca, en el Teatro Municipal, bajo la dirección de Jean Pierre Gamarra. En la foto, María Grazia Gamarra encarna a Rosaura.

La historia presenta a Segismundo, un personaje confundido entre la realidad y el sueño, cuyo dolor más grande es la pérdida de su libertad, por su propio padre. Foto: Pablo Macalupú
La historia presenta a Segismundo, un personaje confundido entre la realidad y el sueño, cuyo dolor más grande es la pérdida de su libertad, por su propio padre. Foto: Pablo Macalupú

No pudo autorretratarse de mejor manera: “Entre galas de mujer/ armas de varón me adornan”. Eso dice con firmeza Rosaura, la joven que hizo lo imposible, hasta vestirse de guerrero, para llegar hasta la torre donde estába preso el príncipe Segismundo. Su padre, Basilio, rey de polonia, lo ha encerrado allí para evitar a que se convierta en la bestia que anunció el oráculo.

Esto solo es un personaje y un pasaje de la obra La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca, que se estrena mañana en el Teatro Municipal, bajo la dirección de Jean Pierre Gamarra.

El protagonista de la obra es Segismundo, encarnado por Fernando Luque; pero quisimos destacar también la figura de Rosaura, personificada por la actriz Maria Grazia Gamarra. En los otros roles, el rey Basilio(Leonardo Torres), Clotaldo (Óscar Carrillo), Clarín (Alonso Cano) y como los príncipes Astolfo y Estrella, los actores Óscar Yépez y Andrea Alvarado, respectivamente.

La historia presenta a Segismundo, un personaje confundido entre la realidad y el sueño, cuyo dolor más grande es la pérdida de su libertad, por su propio padre.

“El montaje propone una puesta en escena atemporal. No se centra en una época determinada, sino se centra en el caos que vive el pueblo, en el que la obra se inicia, donde el rey necesita un heredero y decide rescatar a su hijo que él mismo ha apresado por temor que se cumpla el fatídico vaticinio del oráculo”, explica el director.

Afirma que la suerte del pueblo dependerá de este ser humano, del que habían dicho que sería una bestia.

“Finalmente, descubren que no lo es. Entonces, la obra trata, precisamente, ese mensaje, en el cual los seres humanos, a través de su libre albedrío, en su interior, tienen todas las respuestas. Tal vez Segismundo sea el ser más puro de toda esta historia, porque no ha sido contaminado con los vicios de la sociedad”, enfatiza Jean Pierre.

En la puesta en escena, además de atemporal, dice que presenta una Polonia transfigurada, fantasmada por un rey temeroso, inseguro, que ha provocado este caos por no saber tomar algunas decisiones”.

“Yo la llamo una especie de fantasía barroca -dice-, porque todo el montaje propone un estilo de actuación absolutamente desmesurado. Desmesurado, además, como los textos de Calderón, que están plagados de figuras retóricas, de metáforas, con un lenguaje absolutamente antinatural, lenguaje barroco”.

¿El rey, metáfora del poder?

Absolutamente. El rey representa el líder, ese líder casi inepto que provoca el caos de su pueblo. Digamos que es también una imagen del mal gobernante que no solo existió en la fantasía de Calderón sino que existe hoy en nuestras sociedades.

Como el Perú.

Absolutamente.

La guerrera

Con el vestuario, Rosaura parece atravesado todos los tiempos para llegar al presente como un cómic, como un manga. Jean Pierre explica que María Grazia asume personajes distintos.

“Empieza vestida como un hombre, a la mitad de la obra termina vestida como mujer, porque al inicio hace creer que es un hombre para poder llegar a Polonia. Y en el último acto, llega vestida como un guerrero, tal como el texto lo dice: entre galas de mujer, armas de varón me adornan”.

Es una guerrero de sueño.

El dato

Estreno. Teatro Munipal, viernes 7 de octubre. 8 p.m. Funciones hasta el 23 de octubre: jueves a sábados, 8 p.m. y dom 7 p.m. Entradas: Plataforma digital Joinnus.