Ebelin Ortiz: “No podemos desligarnos de lo político”
Actriz y activista. Vuelve al teatro presencial y opina de la coyuntura. “Es muy fácil mirar y quejarse desde afuera. Política hacemos todos”.
Acaba de renunciar la premier Mirtha Vásquez y, en Twitter, Ebelin Ortiz responde al guionista de ‘El último bastión’, Eduardo Adrianzén, con quien coincide sobre la coyuntura. Este último año ha sido la plataforma para comunicar lo artístico, pero también ha conocido detractores. “Es que no podemos desligarnos de lo político”, nos dice antes de publicar en la red social su postura en contra del nombramiento de Valer. “Yo viví cinco años con mi agresor, viajábamos, íbamos a fiestas, a conciertos. La #ViolenciaContraLaMujer no se traduce por ‘lo que ves’, va más allá”.
Vuelve al teatro presencial con ¿Qué me pongo?, una obra con nuevo elenco, en la que cada protagonista tiene dos monólogos. “Me operaron (histerectomía) y no podía trajinar mucho. Entonces, la mayoría de ensayos ha sido por Zoom, otros en mi casa y desde hace una semana entramos al teatro. Esta vez el escenario es tomado en su totalidad por mujeres (sonríe). El confinamiento ha hecho que otros públicos nos vean, creo que va a venir la gente que ama el teatro, pero también los que conocieron el teatro a partir de las plataformas”.
Siendo un teatro con auspicios, Los Productores abren la sala del Pirandello tras dos años.
Está bien duro el panorama, pero tengo mucha esperanza. El teatro es un espacio seguro, lástima que el Estado no nos mire con amabilidad porque este sería el momento en que tendrían que darnos el espaldarazo. Sea como sea, somos los artistas los que hemos mantenido la tranquilidad emocional del peruano.
¿La obra sigue siendo un texto que además de la ropa habla de los vínculos?
Sigue... la moda es un pretexto para hablar del vínculo con el otro y del vínculo con uno mismo. Soy una convencida de que el teatro, así tú veas la obra más comercial, siempre te va a dejar algo. ¿Qué me pongo? es una comedia escrita con una fineza que a partir de la gracia te hace pensar en ti y, como dicen los cubanos: llamarte a contar.
Por cierto, reclamaste por la poca presencia de actores afro en la televisión. ¿Tuviste alguna respuesta?
Estamos acostumbrados aquí, salvo honrosas excepciones, que los personajes afro sigan siendo como el relleno de las historias. No temo mencionar a Pro TV, por ejemplo, como una productora que no termina de apostar por los personajes afro. Yo lo que quisiera es hacer un llamado a Miguel Zuloaga para que nos viera un poco más y con amabilidad. Voy a tomar la batuta en Perú sobre eso y me reuniré con todas las productoras que quieran. Ya es hora. Además, el humor todavía tiene rasgos racistas, misóginos y ya deben desterrarse.
Volviendo a la coyuntura, parte del gremio artístico sí se mantuvo alejado de lo político.
Pero es nuestra responsabilidad como ciudadanos, porque después es muy fácil mirar desde afuera y quejarse de afuera. Yo sí creo que hay que inmiscuirse porque además política hacemos todos, desde el momento que exigimos, no sé, a una productora que llegue con la comida caliente o que haya un buen espacio para descansar.
Sigues pensando que el actual Gobierno era la única opción ante “la corrupción enraizada”, como llamaste a Fujimori, ¿no?
Sí. Yo creo que sí. A partir del 2021, en adelante, habrá un antes y un después, porque, conociendo los actos de corrupción que ha habido desde el día uno en todos los gobiernos, ha entrado este señor (Pedro Castillo) y han puesto la lupa encima de él, y eso es bueno. Efectivamente, ha puesto sobre el tapete algo en que todos los gobiernos han caído: en la corrupción. Desde los 20 mil dólares en un baño hasta las fiestas millonarias para los hijos del presidente o del secretario. Por supuesto que está dejando el país bastante movido, pero me pregunto si siguen acá todas estas personas que vociferaban que se iban del país, y si han perdido trabajo o si dejaron de viajar.
De hecho, el ambiente artístico también estuvo dividido.
He perdido muchísimos amigos, pero en el fondo digo ‘probablemente no lo eran’. Creo que el confinamiento y el escenario político nos ha desnudado y nos ha hecho elegir también dónde queremos ir y a quiénes queremos tener al lado.