El Palacio de Gobierno se convertirá en un museo
Sorpresa. El presidente Pedro Castillo anunció en su discurso medidas en el campo de la cultura, entre ellas, ceder la Casa de Pizarro al nuevo Ministerio de las Culturas.
Los antropólogos Juan Ossio, José Carlos Vilcapoma y el editor Germán Coronado han tomado con buen ánimo los anuncios del presidente Pedro Castillo Terrones sobre cultura.
El mandatario afirmó que se reestructurará el Ministerio de Cultura, empezando con el cambio de nombre, pues desde ahora se llamará Ministerio de las Culturas, dada la diversidad cultural de nuestro país. Además, agregó, “la gestión de las culturas será descentralizada”.
Asimismo, anunció que no gobernará desde Palacio de Gobierno, y este será cedido para que sea un museo. También buscará “transformar lingüísticamente el Estado peruano para que las instituciones públicas, en donde predominen las lenguas originarias, se comuniquen oficialmente en dichas lenguas”.
Además, ha dicho que dotará de mayor presupuesto para fomentar el rescate y la promoción de las industrias culturales. Y, finalmente, dinamizará la industria editorial.
“Que se llame Ministerio de las Culturas me parece muy bien. Es lo que siempre he sostenido. Somos un país pluricultural. Cuando era ministro de Cultura, mi lema era la unidad en la diversidad. Somos un país pluricultural que aspira a que todas las culturas puedan intercomunicarse para conformar un Estado nación”, dice Juan Ossio.
Positivo. Antropólogo Juan Ossio de acuerdo con propuestas culturales. Foto: difusión
Señala que antes no se tomó esta nominación porque, simplemente, se tomaba el concepto genérico de cultura y solo se daba importancia a la cultura material y no a la cultura espiritual de las lenguas originarias, como sus danzas, cantos,mitos y otras expresiones artísticas y de sabiduría.
“Estábamos bajo las premisas de Occidente. Desde que ingresamos a la república, orientamos toda nuestra actividad política hacia la homogenización y no a la búsqueda de la pluralidad”, anotó.
Sobre la gestión de las culturas descentralizadas, sostiene que es lo ideal.
“La centralización refuerza la homogenización, que es la negación del pluralismo cultural. La descentralización va a enriquecer nuestra vida cultural, pero no solo eso, sino también va a enriquecer nuestro sentido democrático”, apuntó.
Justo. Estado asumirá las lenguas originarias donde estás predominen. Foto: difusión
Pedro Castillo ha dicho que no gobernará desde el Palacio de Gobierno para “romper con los símbolos coloniales, para acabar con las ataduras de dominación que se han mantenido vigentes por tantos años”. Lo cederá al nuevo Ministerio de las Culturas para que sea un museo. Es decir, pasará de ser un centro del poder político a ser un centro de poder cultural.
“No me parece mala la idea de que la Casa de Pizarro —dice Juan Ossio— sea un museo donde se pueda exhibir buena parte de nuestra riqueza cultural, como hacíamos durante el Gobierno de García los domingos y feriados. Allí se debe exponer la cultura material y la cultura de los pueblos originarios. Está muy bien”.
El editor Germán Coronado, ante el anuncio de la promoción de la industria editorial, afirmó que “genera un optimismo moderado, que ojalá se traduzca en políticas eficaces de fomento del libro y la lectura”.
“La única manera de salir de la situación de atraso en la que están muchas poblaciones es a través de la educación, y el libro es una herramienta fundamental. Que haya bibliotecas públicas, eso es capital. Ojalá sea así”, sostuvo Germán Coronado.
Más libros. Está la promesa de dinamizar la industria editorial. Foto: difusión
Ojalá. Las promesas se han dado. Esperamos que el presidente las cumpla.
Respeto a las lenguas originarias
Por José C. Vilcapoma, antropólogo
En el Perú hay 14 familias lingüísticas y 58 grupos étnicos, es de urgente necesidad la diversidad lingüística, con carácter obligatorio. Ese paso es fundamental para desarrollar la interculturalidad, el respeto del otro. Nuestros funcionarios deben saber la lengua originaria de esos lugares. En el caso del Poder Judicial, se ha avanzado algo, en zonas de la Amazonía se usa con carácter obligatorio, con sus respectivos traductores.
La ciudadanía intercultural, que es parte del proyecto primigenio del Ministerio de Cultura, no solo debe obligar a los funcionarios a manejar la lengua indígena, sino debiera haber observatorios contra la discriminación, vinculados a la Defensoría del Pueblo para su denuncia respectiva. Solo así se avanzará en la construcción de una identidad nacional con base en la diversidad cultural.