Enrique Verástegui (1950-2018)
Escriben Roger Santiváñez y Santiago Risso
Conocí a Enrique…
Roger Santiváñez, poeta, desde Nueva Jersey.
Conocí a Verástegui una tarde de domingo de mediados de año en 1974. Yo tenía 18 años y empezaba a trasladarme a Lima desde mi natal Piura. Jarry -como aprendí a llamarlo a su pedido- estaba sentado en la primera mesa del restaurant Wony. Para mí hablar con el poeta constituía una suerte de revelación, toda vez que -el año anterior- había experimentado la más profunda impresión que su extraordinaria poesía me causó mientras leía deambulando por el centro de Lima los versos de En los extramuros del mundo (1971). Su obra poética está complementada por un considerable número de títulos. Quizá esta es buena ocasión para sugerir -desde estas solitarias líneas de homenaje- su publicación progresiva.
El poeta de la rosa
Santiago Risso, poeta y comunicador social.
Enrique Verástegui. Creció en O´Higgins 336, Cañete, casona devastada por el terremoto de 2007. En 1971 provocó un sismo de repercusión internacional con su primer poemario, En los extramuros del mundo, con versos de explosión de ternura, “Porque ya es hora de ir poniendo las cosas en claro y más que nada empezar a ser uno mismo”. Filosofía, matemática, erotismo, ecología, es la poética del sobresaliente miembro de Hora Zero, y fundador de la Sociedad para la liberación de las rosas, cuya edificación es Splendor, tetralogía del también autor de El análisis de la poesía, único taller, en C.C. Mammalia, 1993. “Me reconcentro,/gemido, deseo, anhelo/hasta ser una rosa/intacta para tu sueño”.