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La historia de 11 heridos graves, el otro saldo trágico de las protestas

En el limbo. Son ciudadanos que durante las protestas, en las que participaron o eran simples espectadores, recibieron impactos de proyectiles que los han dejado postrados, algunos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Si se recuperan, sus vidas no serán las mismas.

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En la calle. Lesionado de gravedad es evacuado de urgencia. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Rolando Marcas Arango, nacido en Lircay, Angaraes (Huancavelica), se encontraba junto a grupo de manifestantes, la noche del sábado 28 de enero, en el cruce las avenidas Nicolás de Piérola y Abancay. Un solitario miembro de la Policía que estaba a unos 40 metros de distancia, sin que existiera en ese momento motivo alguno, disparó con su escopeta un cartucho de bomba lacrimógena hacia el punto donde se ubicaba Rolando Marcas, de 36 años. El proyectil le causó un gravísimo trauma encefalocraneano. Una intervención quirúrgica le salvó la vida, pero su situación todavía es crítica.

“A los pocos días que me enteré de su hospitalización, vine (de Huancavelica) a Lima y lo encontré conectado al oxígeno. Eso es lo que lo mantiene vivo. Solo pocas veces respira por su cuenta”, relató su hermano Edgar Marcas Arango.

“Están tratando de controlar la inflamación de la cabeza y luego de eso podrán dar un pronóstico de vida. A veces parece como si ya estuviera muerto”, agregó.

El impacto que recibió Rolando Marcas es muy similar al caso de Víctor Santisteban Yacsavilca, quien perdió la vida la misma noche del sábado 28 de enero.

Los médicos calculan que Marcas Arango pasará 30 días en evaluación para determinar su estado a futuro. “Todo es reservado, no nos pueden dar la información exacta, solo estamos recibiendo información oral y no es alentadora”, lamentó su hermano.

Rolando Marcas es albañil y el único sostén económico de su familia. Tiene dos hijas menores, de 9 y 16 años. “Por el momento, estamos asumiendo dentro de la familia, pero carecemos de economía”, dijo Edgar Marcas. Para que puedan apoyarlo, dejó su número de transferencia vía Yape: 981935164.

Víctima. Rolando Marcas Arango poco después del impacto. Foto: difusión

Lo sucedido al hombre de 36 años es una historia similar a la de otros 11 pacientes en estado grave o severo, quienes resultaron heridos durante las protestas antigubernamentales en el país. Sus vidas penden de un hilo, literalmente. Pero sus tragedias son poco conocidas.

Los heridos pertenecen a familias de escasos ingresos, por lo que recurren a las redes sociales para recibir donaciones. Los gastos médicos son elevados. Muchos han tenido que venir de provincias porque sus seres queridos se encuentran en hospitales de Lima.

Elvis Delgado Medina ingresó al hospital Belén de Trujillo, en La Libertad, con un cuadro de insuficiencia respiratoria. El motivo: la exposición a gran cantidad de gas lacrimógeno. Divar Huanca Apaza tiene un estado “moderado” por la misma razón: intoxicación por gas lacrimógeno.

El resto de pacientes que aún luchan por su vida en una UCI fue herido por proyectiles de armas de fuego. En Puno, 4 personas sufrieron fracturas complejas y padecen traumas abdominales.

En Lima, hay 4 heridos de gravedad. Uno no identificado sufrió una fractura de cráneo, mientras que los otros 3 afrontan trauma encefalocraneano ocasionado por proyectiles disparados por la Policía.

Otros 3 pacientes en estado crítico se encuentran en Cusco. Roberto Barrantes Álvaro tiene una lesión vascular. Rosalino Flores Valverde, un trauma abdominal múltiple. Y Javier Izquierdo Silvestres sufre una excesiva acumulación de sangre en las paredes torácicas.

En casi todos los casos, los familiares afirman que el Ministerio Público no ha preguntado por los heridos. Se había anunciado que los hechos serían investigados para identificar a los responsables.