Alguna vez, estando en España, hace unos pocos años, escuché por la radio un comentario que me pareció grosero y a la vez sintomático de lo que anida en algunas mentes revueltas: “Europa se está oscureciendo”. Imagino que quien lo profirió hoy debe levantar, con fruición, las banderas de VOX y tener pesadillas con el ascenso futbolístico de Lamine Yamal.
No es la primera vez que la ‘Furia Roja’ tiene jugadores de ascendencia afro. En rigor, los tiene desde 1994, cuando el crack de origen brasileño Donato Gama da Silva, ya nacionalizado, vistió la camiseta española y llegó a participar en la Eurocopa de 1996. Pero el caso de Yamal y de Nico Williams es más llamativo por varias razones, no solo futbolísticas.
Ocurre en un contexto en el cual la ultraderecha europea, afiebrada por el incremento de la migración, va avanzando en las urnas. Es un momento, además, en el que ya varios equipos de fútbol europeos –Suiza, Bélgica, Inglaterra, Alemania– cuentan entre sus filas a varios jugadores de ascendencia árabe o africana. Solo basta ver la Francia de Kylian Mbappé.
Yamal, por añadidura, solo tiene 16 años, por lo que tiene un techo de vida deportiva larguísimo, suficiente para convertirse en la nueva estrella mundial. Y algo importante: nació en tierras españolas, vivió y creció en el barrio de Rocafonda, ubicado en Mataró, municipio de la provincia de Barcelona. Es tan español como sus compañeros Dani Olmo o Álvaro Morata.
Eso es lo que parece que le molesta a quienes estos días lanzaron tuits insinuando que él no era exactamente un español, o a los miembros de VOX que llamaron a Rocafonda ‘estercolero multicultural’ es que él y Williams sean ya parte del nuevo rostro real de España y de su fútbol. Temen que Europa se esté ‘oscureciendo’, como temía aquel comentarista de marras.
El fútbol, ese fenómeno sociocultural que iguala oportunidades de manera milagrosa, ahora ha lanzado a la cancha a este chaval que mueve virtuosamente la pelota y está removiendo conciencias. Este domingo España tiene no solo la oportunidad de ganar otra Eurocopa sino, también, de golear al racismo rindiéndose ante la historia y las genialidades de Yamal.
*Profesor PUCP