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Opinión

¿Y dónde está el ingeniero? (parte I), por Pedro Castro Balmaceda

"En Piura, el hartazgo de la población está en ebullición; no solo son los colegiados, sino las displicentes maniobras de nuestro gobernador regional, quien brilla por su ausencia en los momentos en que necesitamos liderazgos visibles y voces enfáticas".

larepublica.pe
CASTRO

Cansados de las obras mal ejecutadas, de la genuflexión y ‒probablemente‒ del aprovechamiento político, un grupo de profesionales adscritos al Colegio de Ingenieros de Piura (CIP) emitieron un pronunciamiento exigiendo no solo la renuncia del actual decano, Hermer Alzamora, por ‒digamos‒ sus “tibias” reacciones frente a las calamitosas obras que el Gobierno central viene ejecutando en la región Piura, sino, además, la nula intervención del colegiado piurano en la fiscalización, inspección, administración y control en los desastrosos trabajos que se han ejecutado y terminaron con obras vergonzosas que hacen de Piura una caricatura, un meme, sin medir las consecuencias del desastre futuro.

El comunicado de los ingenieros firmantes es directo, sin medias tintas. “Una vez más, denunciamos ante la opinión pública, a través de Contraloría General de la República y los órganos de control interno, para que respondan ante la gravedad de los hechos de fiscalizar estas intervenciones como el llamado ‘Tubo de la Vergüenza’, ubicado en la margen derecha del puente Cáceres. A ello se suman obras colapsadas como diques y losas del río Piura, uso de materiales sin las especificaciones técnicas, supervisores que no cumplen el perfil e inspectores sin experiencia, trabajando sin expedientes técnicos”. Las obras de prevención lideradas por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, así como por la Autoridad Nacional de Infraestructura en la ciudad de Piura, han sido de tan mala calidad, con nulo sustento técnico y de control que los resultados negativos saltan a la vista; no se necesita ser un especialista o un perito para sospechar que las obras ejecutadas no serán de gran ayuda cuando un FEN nos inunde sin piedad.

Y es en este proceso constructivo en el cual el Colegio de Ingenieros de Piura debió ser una piedra en el zapato ‒para estas empresas que silenciosamente se burlaron de Piura‒, pero no fue así. Por eso, un grupo de agremiados exigen la renuncia de un decano al que acusan de actuar con pasividad y tibieza. “Exhortar al decano a que, en nombre del Colegio de Ingenieros, se pronuncie y considere renunciar debido a los grandes proyectos regionales inconclusos”.

En Piura, el hartazgo de la población está en ebullición; no solo son los colegiados, sino las displicentes maniobras de nuestro gobernador regional, quien brilla por su ausencia en los momentos en que necesitamos liderazgos visibles y voces enfáticas; o el “irrazonable” comportamiento del alcalde, que denota desesperación y actúa amenazante frente a los vecinos de la urbanización Santa Ana y El Chilcal que se oponen a la ejecución de un improductivo Parque de las Aguas con un costo de S/15 millones. Si la ciudadanía misma le exige al alcalde que detenga el absurdo proyecto, si los propios vecinos del parque han interpuesto medidas legales para evitar su ejecución porque no perciben un beneficio tangible en su construcción; entonces, ¿a quién busca beneficiar el alcalde?