Lima, “potencia” del siglo pasado, por Paul Maquet
"En tanto, López Aliaga demuestra que su visión de “Lima potencia mundial” tiene un siglo de atraso, al creer que llenando la ciudad de puentes y vías rápidas va a solucionar el problema del tránsito".
Las ciudades de las “potencias mundiales” están adoptando, a pasos cada vez más acelerados, una nueva visión de la movilidad urbana. En resumen: menos prioridad para los autos y más prioridad para el transporte masivo, la movilidad activa y los espacios públicos caminables. En tanto, López Aliaga demuestra que su visión de “Lima potencia mundial” tiene un siglo de atraso, al creer que llenando la ciudad de puentes y vías rápidas va a solucionar el problema del tránsito.
En un claro chantaje político, la Municipalidad de Lima amenazó con obstaculizar los permisos para las obras del Metro, y en la negociación ha logrado que el Gobierno y la ATU le acepten “aprobar las vías rápidas metropolitanas” en 7 avenidas, según un comunicado difundido el 16 de enero. Esto se refiere a los 60 puentes que ha prometido López Aliaga, obras sobre las cuales no se ha presentado ni expedientes técnicos ni estudios de impacto.
¿Cómo la ATU, que tiene la función legal de emitir opinión previa sobre los proyectos de infraestructura vial en Lima y Callao, puede acordar que va a “aprobar” obras cuyos estudios técnicos no ha podido analizar?
La actual gestión municipal sigue estancada en la ya anacrónica visión de “más obras de infraestructura para los autos”. Cuando ya está claro que más autos solo significa más tráfico, porque los autos son el medio de transporte que ocupa más área por pasajero. Es la manera más ineficiente de mover a la población de una ciudad. El 10 o 15% de la población que se mueve en vehículo particular ocupa una proporción excesiva del escaso espacio de nuestras avenidas, generando los embotellamientos.
Como dice una conocida frase, “querer resolver el problema del tráfico con más espacio para los autos es como querer resolver el problema del sobrepeso con una correa más grande”. Por eso, las verdaderas “potencias mundiales” apuestan cada vez más por mejorar y ampliar su transporte público, aumentar los espacios para la movilidad activa de escala humana (bicicletas, scooters, etc.). y desincentivar el uso del auto particular. La articulación virtuosa entre transporte masivo (buses, trenes, tranvías, trolebuses) que mueve a mucha gente en poco espacio, y micromovilidad para distancias de pocos kilómetros, es el mix que nos permitirá usar de manera más eficiente el espacio urbano, asegurando una movilidad más fluida para todos.