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Opinión

A la sombra de los cuervos

“En 2018, Javier Rebolledo, autor del libro A la sombra de los cuervos: los cómplices de la dictadura, señaló detalles sobre la huida de Alemania del padre del candidato...”.

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“En 2018, Javier Rebolledo, autor del libro A la sombra de los cuervos: los cómplices de la dictadura, señaló detalles sobre la huida de Alemania del padre del candidato...”.

La obsesión anti izquierdista de Mario Vargas Llosa lo ha llevado a incursionar en Chile para apoyar la candidatura presidencial de José Antonio Kast, quien definirá la segunda vuelta electoral con Gabriel Boric el 19 de diciembre. Antes había apostado por Keiko Fujimori frente a Pedro Castillo. Luego de su fracaso denunció inescrupulosamente un fraude electoral –descartado por todos los observadores internacionales– en cuanto foro internacional pudo. En el diálogo virtual que mantuvo con Kast, difundido por el canal de la Fundación Internacional para la Libertad, dijo que el presidente “es un pobre señor que no tiene idea de los problemas elementales del Perú”.

El abanderado de la institucionalidad democrática, del Estado de derecho y de la libertad defiende a un candidato que amenaza con eliminar los derechos conquistados por las mujeres y “promueve una sociedad regresiva, intolerante con la diversidad y contraria a los compromisos internacionales a los que Chile adhiere en esta materia”. Así lo han denunciado en un manifiesto los miembros del Foro Permanente de Política Exterior de Chile que agrupa a personalidades como Ricardo Lagos, Isabel Allende, Juan Somavía, José Miguel Inzulza, Juan Gabriel Valdés, entre otros.

¿Con quién cabe estar ahora?, se preguntan. “¿Con aquel que defiende la herencia pinochetista y promete nacionalismos al estilo Trump o Bolsonaro, en la misma ruta de los gobiernos extremistas de derecha de Hungría y Polonia? ¿O la opción de Gabriel Boric, quien desde su energía joven emerge con la fuerza de una generación con mirada amplia para abrir espacio a un nuevo Chile en el devenir del mundo?”. Según los firmantes, “la ciudadanía sin anteojeras tiene clara la respuesta”.

El Foro rechaza el cierre de las instituciones pertenecientes a Naciones Unidas en Chile y de centros de estudios y reflexión académica y considera que no es construyendo zanjas como cabe convivir con los vecinos, tal como propone Kast. Destaca “la propuesta de las nuevas generaciones, de las que Boric es parte, de construir otras formas de diálogo regional. Se trata de pensar en la economía verde (…) de rescatar y defender las aguas y todos los recursos hídricos, de descontaminar el mar, de coordinar los desarrollos energéticos, de contener la deforestación, de articular los recursos digitales (…) de cooperar para enfrentar las pandemias y sus consecuencias. En suma, de un diálogo regional propio del siglo XXI”. Consideran que Boric tiene fuerte legitimidad para gobernar porque supo abrir un camino que permitió por primera vez que la diversidad del país se convocara a redactar su Carta Fundamental.

Al igual que en la contienda Fujimori-Castillo, el repertorio de Vargas Llosa incluye la visita del líder opositor venezolano, Leopoldo López, quien visita los sets de televisión chilenos donde advierte del peligro de convertirse en Venezuela. López dice que “Boric tiene mucha cercanía con el proyecto político continental que representa Maduro y que hay una afinidad ideológica”. Advierte que, si ganara, la Carta Magna sería un proyecto similar al de su país. La presidente de la Convención Constituyente, Elisa Loncón, ha señalado que los representantes con los que se ha reunido López buscan boicotear el proceso y aclara que este no tiene nada que ver con Venezuela.

A la par de vociferar a los cuatro vientos que “sería una tragedia para América Latina que la izquierda siga ganando elecciones”, el Nobel debería exigirle a Kast que deslinde con el pasado nazi de su padre, documentado en días recientes por el periodista Mauricio Weibel. En 2018, Javier Rebolledo, autor del libro A la sombra de los cuervos: los cómplices de la dictadura, señaló detalles sobre la huida de Alemania del padre del candidato y sus vínculos con el régimen de Pinochet. Interrogado por periodistas sobre el pasado nazi de su progenitor, Kast siempre lo negó y dijo estar orgulloso de su descendencia.