Con la llegada de Donald Trump a su segundo mandato presidencial, se anticipan ajustes significativos en el Seguro Social, uno de los pilares más importantes para millones de jubilados en Estados Unidos. Las propuestas de su administración buscan implementar reformas que, según la Casa Blanca, garantizarían la sostenibilidad del programa a largo plazo.
Estas medidas incluyen cambios en la edad mínima para acceder a los beneficios, nuevas fórmulas de cálculo para el ajuste del costo de vida y modificaciones fiscales dirigidas a los ingresos más altos. A continuación, presentamos los detalles más relevantes de estos ajustes y cómo podrían afectar a los beneficiarios.
Uno de los aspectos centrales de la reforma propuesta por Trump es el incremento gradual de la edad de jubilación completa. Actualmente, la edad oscila entre los 66 y 67 años dependiendo del año de nacimiento del beneficiario. Con la reforma, esta cifra podría extenderse hasta los 70 años para quienes comiencen a trabajar en 2025 o más adelante.
Esta medida tiene como objetivo reducir la presión financiera sobre el sistema, ya que se estima que la población de adultos mayores crecerá significativamente en las próximas décadas. Sin embargo, algunos grupos de defensa de los jubilados han expresado preocupaciones, argumentando que esto afectará de manera desproporcionada a las personas en ocupaciones físicamente exigentes.
Con Trump en el poder, la edad para la jubilación puede cambiar. Foto: Referencial
Otra de las propuestas clave incluye un cambio en la fórmula de cálculo del ajuste por costo de vida (COLA, por sus siglas en inglés). Trump planea vincular este ajuste al índice de precios al consumidor encadenado (C-CPI), una métrica que tiende a reflejar aumentos más modestos en el costo de vida en comparación con el índice tradicional.
Este cambio podría traducirse en incrementos menores en los pagos anuales para los beneficiarios del Seguro Social, lo que permitiría al programa ahorrar recursos a largo plazo. No obstante, también podría significar una pérdida de poder adquisitivo para los jubilados, especialmente en un contexto de inflación.
La administración Trump también evalúa implementar nuevos límites fiscales para los jubilados que perciben ingresos superiores a cierto umbral. Actualmente, los ingresos provisionales mayores a $25,000 para individuos y $32,000 para parejas pueden estar sujetos a impuestos. La reforma propone reducir estos umbrales, lo que ampliaría la base gravable del Seguro Social.
Según los defensores de esta medida, el objetivo es garantizar que quienes tienen mayores recursos contribuyan más al sistema, aliviando la carga sobre los trabajadores activos. Sin embargo, esta propuesta ha generado críticas por parte de grupos que defienden a los jubilados con ingresos medianos.