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Estados Unidos

Latino busca el sueño americano en EE. UU. y se encuentra con un futuro incierto: “Aquí también hay que esforzarse mucho”

Gabriel Escobar, un hondureño de 20 años, llegó a Estados Unidos en 2021 y sigue con la determinación de perseguir su sueño más deseado

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Gabriel Escobar, inmigrante hondureño. Foto: El Tiempo

Cada año, miles de personas cruzan las fronteras hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Gabriel Escobar, un joven hondureño, es uno de ellos. Su travesía hacia el norte no solo representa la búsqueda de un futuro mejor, sino también los desafíos y sacrificios que conlleva dejar atrás su hogar.

Gabriel llegó a Chicago en 2021, dejando atrás a su familia y a su novia embarazada. Proveniente de una comunidad en Honduras marcada por la pobreza y el narcotráfico, su historia refleja la dura realidad que enfrentan muchos migrantes en su camino hacia el sueño americano. A pesar de las dificultades, Gabriel se aferra a la esperanza de un futuro mejor, consciente de que el camino hacia la estabilidad económica y familiar está lleno de obstáculos.

La travesía hacia el norte

El viaje de Gabriel no fue fácil. Desde su salida de Honduras, enfrentó situaciones aterradoras. “Nos metieron en una lancha, era un río muy grande. Y nos empezaron a asustar diciendo que ahí había gente que no era buena”, recuerda. En Monterrey, México, pasó 14 días en condiciones inhumanas, sin comida y sufriendo agresiones. “Pensé que nunca más saldría de allí”, confiesa.

Un nuevo comienzo en Chicago

Al llegar a Estados Unidos, Gabriel fue acogido por su tía, quien le proporcionó lo básico para comenzar de nuevo. “Ella me dio una cama, ropa, comida y también me envió a la escuela”, afirma. Sin embargo, su situación legal sigue siendo incierta, ya que espera una audiencia que podría tardar hasta diez años. A pesar de no tener permiso para trabajar, Gabriel contribuye a la economía estadounidense, al igual que millones de inmigrantes indocumentados.

El sacrificio por la familia

A pesar de las adversidades, Gabriel ha logrado ahorrar lo suficiente para financiar el viaje de su hermana a Estados Unidos. Ahora, apoya económicamente a su hermana y envía dinero a su familia en Honduras. Su sueño de reunirse con su familia se ve empañado por la distancia y el tiempo, especialmente al no haber conocido a su hijo, quien nació después de su partida. “Solo lo conocí por fotos”, lamenta su novia Karla.

La lucha por el sueño americano

Gabriel es consciente de que el “sueño americano” exige esfuerzo y perseverancia. “Aquí también hay que esforzarse mucho y perseverar para salir adelante”, asegura. A pesar de su situación legal incierta, mantiene la esperanza de que su sacrificio será recompensado y que algún día podrá reunirse con su familia.

El joven latino que llegó a Chicago por el sueño americano. Foto: El Tiempo.