Un país asiático está a punto de transformar la industria aeroespacial con el desarrollo de un avión hipersónico capaz de circunvalar el planeta en solo dos horas, un avance que podría cambiar las reglas de la aviación global.
China ha dado un gran paso en la carrera aeroespacial al desarrollar un motor hipersónico que alcanza velocidades de hasta 20,000 km/h. Diseñado por el Instituto de Maquinaria Eléctrica de Pekín, este motor promete redefinir el futuro de la aviación moderna.
Este nuevo motor hipersónico chino emplea aire exterior y combustible del propio avión para funcionar. A velocidades inferiores a Mach 7, genera una onda de choque que enciende más combustible, creando una fuerza de empuje constante. Esto abriría la puerta a trayectos aéreos que hasta ahora parecían inalcanzables.
El éxito de China en este ámbito es producto de su inversión en investigación y desarrollo, así como de su enfoque en la innovación. Las universidades y centros de investigación en el país lideran en áreas como inteligencia artificial y biotecnología, lo que ha permitido adoptar y adaptar rápidamente tecnologías emergentes.
A medida que China avanza en tecnología aeroespacial, se posiciona como un rival clave para líderes tradicionales como Estados Unidos y Europa en la carrera por la supremacía aérea. Foto: El Confidencial
Estados Unidos ha sido el líder en la industria aeroespacial, con empresas como Boeing y SpaceX a la cabeza. Sin embargo, la competencia crece con la presencia de Francia, Alemania, Reino Unido y ahora China, que se posiciona como un rival clave en la carrera por la supremacía aeroespacial.
En el sector destacan empresas como Raytheon Technologies, Boeing, Lockheed Martin y Airbus, todas en constante búsqueda de innovación. En China, la Corporación Aeroespacial de Ciencia y Tecnología de China (CASC) lidera el desarrollo de tecnología aeroespacial avanzada.
El Concorde dejó una marca en la historia de la aviación comercial supersónica, aunque este tipo de aviones ha disminuido. No obstante, la NASA explora la viabilidad de vuelos comerciales entre Mach 2 y Mach 4, lo cual podría revitalizar el interés en aviones supersónicos.
La NASA, a través de su misión Quesst, busca desarrollar un avión supersónico más silencioso que sus predecesores. Con el X-59, la NASA prevé cambiar la experiencia de vuelo, con pruebas planeadas para 2024 y estudios de ruido en 2027.
Los motores de combustión hipersónica pueden utilizar combustibles de alta energía, como queroseno o hidrógeno líquido. Este último es particularmente atractivo por su gran poder calorífico, lo cual optimiza el rendimiento en distintas fases del vuelo.