A solo una semana de las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos, el expresidente y candidato republicano Donald Trump ha vuelto a poner el foco en las acusaciones de fraude electoral en Pensilvania. Este estado, uno de los siete considerados clave para el resultado de los comicios, es señalado por Trump como escenario de supuestas irregularidades en el proceso de voto anticipado. Estas acusaciones, lanzadas desde su red social Truth, reavivan el clima de controversia electoral que marcó las elecciones de 2020, esta vez con afirmaciones de que las autoridades de Pensilvania están "haciendo trampas".
La denuncia de Trump, en la que alega "un fraude electoral de escala jamás vista", se centra en los procedimientos para el voto por correo y en las largas filas registradas en los condados de Pensilvania en los días previos a la fecha límite para el voto anticipado. Estos señalamientos se suman a una demanda interpuesta por su campaña contra las autoridades de otro condado de Pensilvania, con el argumento de que los funcionarios locales obstaculizaron el voto republicano.
El exmandatario ha expresado en repetidas ocasiones su desconfianza hacia el sistema de voto anticipado, una desconfianza que quedó reflejada en sus recientes mensajes publicados en redes sociales. Desde Truth, Trump aseveró que en el condado de York, Pensilvania, se habían recibido “miles de formularios de registro de votantes y solicitudes de voto por correo potencialmente fraudulentos” de un supuesto grupo de terceros. Además, afirmó que en Lancaster, otro condado del estado, se habían detectado 2 600 boletas de voto y formularios de registro con características similares, que a su parecer indicaban la intervención de “una misma persona”.
Aunque estas afirmaciones no han sido acompañadas por pruebas, el impacto de las palabras de Trump se ha hecho evidente en la escena política y mediática de Estados Unidos. Las autoridades de Pensilvania han respondido que estos supuestos registros fraudulentos están bajo investigación y que, en este momento, no se puede equiparar la existencia de formularios sospechosos con votos emitidos.
Las irregularidades en este estado clave generan controversia ante los comicios. Foto: Los Angeles Times
El sistema electoral en Pensilvania presenta características propias que lo diferencian de otros estados, lo que ha generado desafíos específicos para las autoridades locales en el manejo del voto anticipado. A diferencia de otros territorios, Pensilvania prohíbe abrir los sobres con votos emitidos por anticipado hasta el mismo día de las elecciones. Esta restricción se aplica incluso cuando los votos por correo ya se encuentran en poder de los funcionarios, generando una carga adicional para el personal electoral el día de la jornada.
El pasado martes, último día para emitir el voto por correo en el estado, se registraron largas filas en diversas oficinas electorales de los condados. En el condado de Bucks, por ejemplo, los funcionarios decidieron detener la recepción de papeletas de voto por correo a las 14:45, debido a la sobrecarga de trabajo, aunque permitieron que los ciudadanos que llegaron antes de la hora de cierre, a las 17:00, pudieran solicitar y enviar su papeleta. Este incidente generó protestas entre algunos votantes republicanos, quienes sostienen que el cierre anticipado afectó su derecho a votar. Por su parte, la campaña de Trump presentó una demanda contra el condado de Bucks, acusando a las autoridades de "entorpecer" el proceso electoral republicano.
La complejidad del sistema electoral de Pensilvania y las denuncias de fraude electoral han creado un ambiente tenso que se extiende más allá del estado. Para participar en el voto anticipado, los votantes deben realizar un proceso que implica solicitar la papeleta en una oficina electoral, rellenarla en el lugar y depositarla en un buzón correspondiente, todo en una sola visita. Este procedimiento, que en teoría permite mayor flexibilidad para quienes no pueden acudir el día de las elecciones, ha demostrado ser difícil de manejar en momentos de alta demanda.
Las colas del último día del voto por correo y las acusaciones de Trump sobre fraude electoral no solo han puesto de relieve las particularidades del sistema electoral de Pensilvania, sino que también han desencadenado una serie de enfrentamientos legales. La situación en Pensilvania parece seguir una estrategia similar a la de 2020, cuando Trump cuestionó la legitimidad de los resultados y provocó tensiones en el entorno político estadounidense. A menos de una semana de los comicios, los ojos del país están puestos en los condados de este estado y en las investigaciones en curso sobre los registros sospechosos.