En Estados Unidos, el cambio de horario se realiza dos veces al año: al inicio del horario de verano (Daylight Saving Time) y al volver al horario estándar, también conocido como horario de invierno. Este ajuste busca aprovechar mejor las horas de luz natural, aunque su implementación ha generado debate. Cada año, el horario de verano en EE.UU. inicia el segundo domingo de marzo y finaliza el primer domingo de noviembre, fechas en las que los residentes deben ajustar sus relojes.
Para 2024, el horario de verano comenzó el 10 de marzo, cuando los relojes se adelantaron una hora a las 2:00 a. m. Este ajuste tendrá vigencia hasta el domingo 3 de noviembre, cuando finaliza el horario de verano y comienza el horario de invierno. A continuación, te explicamos más detalles sobre los cambios, cómo afectan a los residentes y cuáles son las excepciones en algunas zonas de Estados Unidos.
Aunque el cambio de horario puede causar algunos trastornos en el sueño, la mayoría de las personas se adaptan rápidamente. Foto: AFP
El horario de verano en Estados Unidos concluye el primer domingo de noviembre. Para este año, el cambio se realizará el domingo 3 de noviembre a las 2:00 a. m., momento en que los relojes deben atrasarse una hora para retomar el horario estándar. Este ajuste permite que las mañanas tengan más luz, aunque implica que las tardes se oscurezcan más temprano.
La mayoría de los dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles y computadoras, realizan el cambio automáticamente, por lo que las personas no deben preocuparse de hacer este ajuste manualmente. Sin embargo, es importante recordar que cualquier reloj analógico o dispositivo sin conexión a Internet requerirá un ajuste manual para reflejar el nuevo horario.
Aunque el cambio de horario es una práctica común en la mayoría de los estados, existen excepciones. Gracias a la Ley de Hora Uniforme (Uniform Time Act) de 1966, algunos estados y territorios tienen la opción de no observar el horario de verano. Hawái y gran parte de Arizona optan por mantener el mismo horario durante todo el año, sin necesidad de adelantar o atrasar sus relojes en marzo o noviembre.
Además de estos estados, varios territorios estadounidenses, incluyendo Puerto Rico, las Islas Vírgenes, las Islas Marianas del Norte, Guam y Samoa Americana, también mantienen el horario estándar todo el año. Esta excepción permite a sus residentes disfrutar de un horario consistente sin los ajustes semestrales que se realizan en el resto del país.