El Pentágono ha revelado el primer dron de combate de su innovadora iniciativa Replicator, un proyecto audaz para construir un vasto ejército autónomo compuesto por enjambres de drones de combate terrestres, marítimos y aéreos.
Según los expertos, estos enjambres permitirán controlar cualquier área y dominio, atacando o defendiendo con un número abrumador de máquinas capaces de actuar de manera independiente y coordinada gracias a sistemas de inteligencia artificial.
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El pilar inicial de esta futura fuerza será el Switchblade 600, el famoso dron diseñado y producido por AeroVironment, que ha demostrado ser altamente efectivo contra los rusos en Ucrania. Este prototipo es un arma kamikaze, también conocida como munición merodeadora, que se dispara desde un tubo para llevar a cabo tanto misiones de reconocimiento como de ataque.
Viene equipado con una ojiva polivalente similar a las empleadas en los misiles antitanques guiados Jabalina, lo que lo convierte en la opción ideal para neutralizar objetivos blindados.
El dron tiene la capacidad de mantenerse en el aire durante cerca de 40 minutos, alcanzar velocidades de hasta 185 km/h y operar dentro de un radio de 40 kilómetros.
Estados Unidos busca revolucionar sus armamentos con este enjambre de drones para contrarrestar a sus enemigos. Foto: X
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En esta etapa del Replicator, el Departamento de Defensa también tiene planes de incorporar una variedad de tamaños y tipos de vehículos de superficie no tripulados (USV) y sistemas aéreos no tripulados (c-UAS).
Estos serán construidos tanto por empresas de defensa tradicionales como por una nueva generación de ‘startups’ de defensa, como AeroVironment. La financiación asignada para este año es de solo 500 millones de dólares, pero se espera que este presupuesto crezca exponencialmente.
Como se demostró con la primera batalla de robots en la historia entre Ucrania y Rusia, este es el camino a seguir tanto para superpotencias como EE. UU. y China, como para actores más pequeños como Irán.
El programa Replicator fue lanzado en agosto de 2023 por la Subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, en la conferencia de Tecnologías Emergentes de la Asociación Nacional de Industrias de Defensa.
Este proyecto está específicamente diseñado para enfrentar a China en caso de un conflicto en Taiwán, utilizando miles de sistemas autónomos “pequeños, inteligentes y económicos”. Para el Pentágono, esta estrategia representa un cambio radical respecto al actual marco de defensa del país, que se basa en vehículos y armas grandes que son extremadamente costosos y complejos.
Estados Unidos busca conquistar las guerras con este nuevo armamento. Foto: DefenseScoop
El Pentágono tiene en marcha un plan ambicioso y urgente para desplegar miles de sistemas autónomos entre los próximos 18 a 24 meses. Esta iniciativa, conocida como Replicator, busca transformar las capacidades militares de los Estados Unidos al permitir una rápida adaptación a las amenazas emergentes y los avances tecnológicos.
El concepto de sistemas desechables del Pentágono implica la fabricación de plataformas económicas que pueden ser arriesgadas en el campo de batalla sin grandes pérdidas, pero que a su vez son lo suficientemente eficaces para tener un impacto operativo significativo.
La estrategia más amplia del Pentágono es desarrollar sistemas que permitan un despliegue más rápido y una mayor flexibilidad para enfrentar nuevos escenarios de combate.
Estos sistemas tendrán aplicaciones más allá del ataque, como la creación de redes de vigilancia y comunicaciones instantáneas en entornos donde estos aspectos logísticos pueden verse comprometidos por las circunstancias. Esto se describe como “sistemas distribuidos resilientes, incluso si el ancho de banda es limitado, intermitente, degradado o denegado”.
Sin embargo, surge un problema: a medida que se desarrollen contramedidas, los drones necesitarán ser capaces de volverse totalmente autónomos y tomar decisiones por sí mismos.