Lo llaman el Señor del Mar y es la versión pesquera del todopoderoso AiApaec, esa deidad reverenciada por los moches y representada en toda sus manifestaciones artísticas y arquitectónicas. Pero esta imagen (derecha) es pequeña, de
pobre industria y con un detalle que marca la diferencia: dos peces cuelgan de su cinturón, en la misma ubicación donde, en otras imágenes de AiApaec, cuelga la cabeza de un personaje decapitado. No se conoce el contexto exacto de su hallazgo, pero la imagen del Señor del Mar fue descubierta por Anastasio Giraldo Zúñiga en el 2007, en la Huaca San Pedro, un enorme complejo arqueológico también conocido como el “Monte de Chimbote” y que hoy está reducido a su mínima expresión rodeado de miles de viviendas en un asentamiento humano de la capital de la harina de anchoveta.
Los arqueólogos coinciden en que Huaca San Pedro fue similar al monumental complejo Huacas del Sol y de la Luna de Trujillo, pero fue víctima de los traficantes de tierras, pandillas de huaqueros y bandas de autoridades que, desde los años 70 del siglo pasado, saquearon e invadieron la zona.
“Es insólito comprender que un monumento que fue sede principal del culto en el valle del Santa, hace 1700 años, haya sido invadido
y destruido”, sostiene Régulo Franco Jordán, arqueólogo célebre por sus sorprendentes hallazgos en Huaca El Brujo, en la región La Libertad. “El desmantelamiento de su arquitectura ha sido y es dramático. Se construyeron juegos recreativos con base de concreto sobre la cima de la pirámide y una cancha de fútbol con graderías sobre la plaza ceremonial.
Ni qué decir de la construcción de una escuela sobre las bases de la plaza ceremonial, ocurrido después del terremoto de 1970, que posteriormente en 1976-77 felizmente fue reubicada con un grupo de familias gracias a un plano de lotización elaborado por la Municipalidad Provincial del Santa”. Sin embargo, Franco Jordán también reconoce la preocupación y el esfuerzo por la conservación del monumento realizado en las últimas décadas por personajes como Víctor Unyén Velezmoro (en 1976), Guillermo Quintanilla Alarcón (en 1983); y Lorenzo Samaniego Román (en 1996).
Gracias a estas escasas pero eficaces iniciativas ciudadanas, la Huaca San Pedro fue declarada patrimonio cultural de la nación en el año 2000. "Hoy en día, son las nuevas generaciones de autoridades y vecinos quienes están uniendo esfuerzos para recuperar el monumento”, reconoce Franco.
“Las gestiones de Juan Jorge Estrada y de la alcaldesa provincial de Santa, Victoria Espinoza, prometen la puesta en valor del monumento, su incorporación al circuito moche, de turismo, y la próxima construcción de un cerco perimétrico para protegerlo”.
Franco confía en que pronto de podrán realizar excavaciones científicas en Huaca san Pedro. “Tenemos que demostrar que la divinidad mochica ‘Señor de la Pesca’ o ‘Señor del Mar’ en su versión regional fue venerada en la Huaca San Pedro. Las evidencias de sacrificios humanos, ofrendas, entierros de los sacerdotes u oficiantes que tuvieron a su cargo el templo deben estar enterrados dentro de la estructura ceremonial”.
La efigie del Señor del Mar simboliza la importancia de la actividad pesquera en el Valle del Santa y, especialmente, en el puerto de Chimbote. Para Franco, “ese cinturón de peces es un atributo especial que permite establecer, junto a los otros emblemas lunares que le acompañan, que este ser se asocia con el mar, denominado NI en lengua moche. Es la identidad de Chimbote”.