Cuenta Ever Chuchullo Tunquipa que la primera vez que vio un oso de anteojos le pareció un animal muy atractivo, nada agresivo, muy bonito. Y después, en los muchos años que lleva trabajando como guardaparques en el Santuario Histórico de Machu Picchu, encontrarse con ellos lo llevó a fotografiarlos. Y con el tiempo, a convertirse en fotógrafo de la flora, fauna y paisajes que hay en las 37 mil hectáreas del área natural protegida alrededor de la ciudadela inca.
Ever, 36 años, nacido en Espinar, Cusco, comenzó a trabajar el 2006 en el Inrena, en el proyecto de crianza de alpacas. El 2010 ingresó al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) como guardaparques del Santuario Histórico de Machu Picchu, y ha estado en los siete puestos de control y vigilancia de la ciudadela.
En paralelo a esas labores ha fotografiado y monitoreado la presencia de los osos de anteojos en el lugar, desde entonces y hasta la actualidad, como parte de sus patrullajes rutinarios en este espacio natural. Todo ese registro ha permitido diversas y documentadas publicaciones del Sernanp sobre el tema.
“Uno de mis primeros encuentros fue con una osa andina -o de anteojos- que caminaba con su osezno. Otras veces hemos estado muy cerca, apenas a un par de metros, de otros osos que caminaban tranquilos por distintos sectores del santuario. Hace unos años incluso vi a un oso macho, grande, asustando a una vaca, queriendo desbarrancarla, seguro para comérsela después. Los osos andinos son omnívoros, comen de todo”, cuenta Ever.
El 2020, durante la pandemia, fue el año que más encuentros tuvo con los osos de anteojos. Muchas de las fotos y videos que hemos visto de estos animales caminando en la ciudadela inca, fueron tomadas por él o sus compañeros. El monitoreo que los guardaparques han hecho de la presencia del oso en la zona han permitido establecer que ese animal tiene como hábitat el 96% del Área Natural Protegida de Machu Picchu.
Defensa de la biodiversidad
Además de los osos, Ever también ha fotografiado las distintas orquídeas que existen en el santuario: las que crecen sobre otras plantas, las que crecen sobre las rocas y aquellas que crecen en la tierra. Distintos tipos de árboles y flores. Y en fauna ha registrado aves como el gallito de las rocas, el pato de los torrentes, algunas rapaces; venados y nutrias.
Y no solo ha realizado ese trabajo. Ever y sus compañeros guardaparques de Machu Picchu tienen una gran formación como bomberos forestales y rescatistas. Han apagado los incendios que cada cierto tiempo amenazan el santuario, han participado en emergencias en todo el país, e incluso viajaron a Chile el 2017 para colaborar en un gigantesco incendio forestal que se produjo en la zona de Maule, en la Sétima Región de Chile.
“Junto a bomberos de varios países liquidamos ese incendio. Y estamos preparados para cualquier emergencia en esta zona o en cualquier parte del país”, se enorgullece Ever.
Cada 6 de diciembre se celebra el Día del Guardaparque peruano, para destacar el trabajo que realizan protegiendo la diversidad biológica existente en las Áreas Naturales Protegidas del país. El Sernanp inició su gestión en el 2009 con 164 guardaparques y al 2021 tiene 714 guardaparques en las 76 ANP que tiene el Perú.
El último viernes, otro guardaparques de Machu Picchu, Fabio Chávez, recibió el Premio de Conservación “Carlos Ponce del Prado” al Guardaparques Ilustre por sus 30 años al servicio de la conservación de áreas naturales. Su compañero Ever dice: “La finalidad del guardaparques es que las futuras generaciones conozcan, vean, disfruten lo que nosotros conservamos. Nos mueve el amor a la naturaleza”.