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Cultural

Jorge Valenzuela Garcés: “Kafka destruye el mundo para crear otro nuevo”

El escritor y crítico literario publicó Un mundo precario. Ensayo sobre la obra y la escritura de Franz Kafka, libro que ganó el Premio Copé de Ensayo 2022.

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El escritor comenta sobre su fascinación por Kafka. Foto: difusión

Jorge Valenzuela es un narrador de cuentos, pero también suele transitar por los senderos racionales de la crítica literaria. Esta vez se propuso ir tras el universo íntimo, enigmático del autor de La transformación y publicó Un mundo precario. Ensayo sobre la obra y la escritura de Franz Kafka, que ganó el premio Copé de Ensayo 2022. Aquí queremos hurgar sobre las motivaciones y razones de su nuevo libro.

-¿Qué te entraña Kafka cuando ya se ha escrito mucho?

-Kafka es uno de los escritores más enigmáticos y, quizá por ello, más influyentes del siglo XX. Su obra es una invitación a la disolución del sujeto e incluso, a la pérdida de la esperanza. Es cierto, se ha escrito mucho sobre él y su obra, pero hay un aspecto poco trabajado que me pareció importante: la relación de Kafka con la escritura y lo que significaba para él ser escritor. Sus diarios y su correspondencia están plagados de anotaciones sobre estos aspectos y revelan la condición precaria que mantenía con el mundo. Kafka es un escritor para el que la literatura era una especie de tabla de salvación.

-¿Disentir con sus biógrafos y críticos?

-Mi ensayo parte de muchas de las opiniones de los biógrafos y críticos de Kafka. En algunos casos disiento, como con Lukács, pero me interesa más el Kafka crítico de sí mismo.  Hay que recordar que la escritura de sus diarios y correspondencia es el espacio en el que, todo el tiempo, emite juicios sobre su condición de escritor.

-¿Tu ensayo, en el fondo –fragmentario y dialogante-, es una propuesta para leer a Kafka?

-Lo fragmentario es un modo, entre otros, de comprender el mundo. Creo que en el caso de Kafka es la mejor estrategia para acercarse al absurdo y a esa fugacidad e instantaneidad que caracteriza su obra. Lo fragmentario nos permite avizorar el sinsentido que portan sus textos. Estos no pueden, no logran comprender la totalidad de la experiencia. Su obra es todo un esfuerzo por nombrar algo que no se puede abarcar.

-Lo fragmentario se lee bien, pero también se lee como un surtidor de opiniones (¿inspiradas?) que en pocos casos remite o coteja a un pasaje u obra concreta del autor.

-Los fragmentos que componen el libro atienden a diversos niveles de la experiencia de lo kafkiano, pero sobre todo se centran en su concepción de la literatura y lo que es la escritura. Me interesa el modo en que lo inacabado y el fragmento son el trasunto formal de una visión del mundo precarizada por la incapacidad para unir las partes de la totalidad.

-El prólogo de Ricardo González Vigil, que articula a Kafka con obras y escritores peruanos, ¿es el capítulo que debió incluir tu ensayo?

-No es el objeto de mi ensayo estudiar la relación de los escritores peruanos con Kafka. Ese puede ser otro libro. Ahora bien, me parecen interesantes las notas de Miguel Gutiérrez sobre Kafka. Su libro es una invitación al estudio del carácter perturbador de la narrativa kafkiana.

-Anotas que el espacio familiar en Kafka, por invivible, absurdo, es un no lugar. Explícalo.

-Un no lugar es el espacio del anonimato, un espacio en el que no somos reconocibles. Kafka vivía la experiencia del espacio hogareño como un espacio hostil en donde no podía vivir su intimidad a plenitud. 

-Criticas el concepto de realismo historicista de Lukács. ¿Qué realismo propuso o maneja Kafka?

-Me interesa dialogar con el realismo crítico encabezado por Lukács que descalificaba a Kafka por ser un escritor que postulaba una falsa conciencia estética. La obra de Kafka es todo un alegato contra la lectura historicista de la realidad. Por ello, Lukács no comprendía el carácter absurdo de su obra y la tildaba de decadente. Aunque Kafka apela a la alegoría y al símbolo en toda su obra, es un realista expresionista en la medida en que su interés se centra en la manifestación de su complejo y desgarrado mundo interior.

No educa ni instruye

-Afirmas que “asociar a Kafka con el costumbrismo es una manera de degradar su obra. ¿Qué no entendieron de Kafka?

-Kafka no es en ningún sentido costumbrista. Decir que lo es, es una manera de degradarlo, aunque se emplee esa calificación en sentido figurado. Kafka no se acerca al mundo para criticarlo, pensando que es un mundo mejorable si se le critica. No educa, no instruye. Kafka destruye el mundo para crear otro nuevo.

-¿Cuál es el poder de la obra de Kafka? ¿Ser actual sin habérselo propuesto?, ¿ser crítico social sin adoptar posturas morales en su obra? ¿Lo es por colocar a los marginales como personajes centrales?

-El poder de su obra emana de su condición precaria. Sus personajes no terminan de adoptar una forma definitiva, siempre están en tránsito hacia otro estado. Su obra se abre a múltiples interpretaciones y por ello es bellamente inestable. En su obra la marginalidad adopta todas las formas posibles y los animales son metáforas de la condición humana. Su mundo, que es el nuestro, es un mundo en el que reina lo aparente, lo fugaz, lo inacabado.