¿Quién era Raiden de Mortal Kombat y por qué dijo la frase “hay destinos peores que la muerte”?

Raiden, mejor conocido como el ‘Dios del Trueno’, es uno de los personajes más emblemáticos y relevantes de la saga de Mortal Kombat. El combatiente es el antiguo protector de Earthrealm y, debido a sus impresionantes poderes eléctricos, es el favorito de miles de jugadores a la hora de pelear en la arena. En esta nota te contamos una porción de su participación en la serie sanguinaria y el origen de su frase icónica que incluso es utilizada en memes.

Raiden goza de la inmortalidad, puede volar, invocar tormentas, atraer rayos, electrocutar y teletransportar personas o él mismo a la estatua que le dio Kung Lao.

En la línea de tiempo original, después de la segunda derrota de Shinnok, Raiden asciende a Dios Mayor, pero deja su posición ya que no estaba de acuerdo con los Dioses Mayores cuando rechazaron tratar con la Alianza Mortal. Como dios, se ha acostumbrado a pensar en términos de eternidad y por esa razón tiene una perspectiva radical contra la vida. Así, nunca muere realmente y se reforma si su forma mortal es eliminada.

Cuando era joven fue protector de Earthrealm y peleó contra Shinnok, quien quería imponer sus reglas e incluso amenazó con destruir al Earthrealm. Con la ayuda de los dioses mayores, lo derrotó y le quitó su amuleto, para después esconderlo en un lugar secreto del Templo de los Elementos edificado en las montañas de Nepal.

Después de tiempo, junto a Sub-Zero fueron invitados al torneo Mortal Kombat y para participar adoptó su forma humana siendo consciente de la amenaza que representaba la competencia para el futuro de la Tierra.

Así, cuando los guerreros de Earthrealm ganaron, Raiden luchó para cuidar a las almas de sus guerreros para cuando Shao Kahn llegara mediante los reinos. No obstante, no pudo pelear junto a sus campeones debido a la fusión entre la Tierra y Outworld. Durante este lapso, Raiden tuvo que renunciar a su estatus de dios para luchar y luego recupera la misma cuando Liu Kang vence a Shao Kahn.

Tiempo después, a raíz de los sucesos de Armageddon, con los combatientes muertos, Raiden se enfrenta a Shao Kahn en la Pirámide de Argus. Sin embargo, su rival lo sobrepasó en poder y rompió su amuleto, por lo que este, en su desesperación, intenta utilizar los fragmentos para enviar un mensaje mental a su propia versión del pasado con la advertencia “Tiene que ganar” antes de ser asesinado.

Tras ello, en la línea de tiempo alternativa, Raiden recibe una parte de los fragmentos del mensaje con imágenes incompletas. Por ese motivo, busca usar dichos rastros de memoria para evitar el Armagedón, aunque sus intervenciones solo tienen consecuencias desastrosas.

Como tal, la intervención más fatídica que tuvo facilitó la invasión de Shao Kahn al Reino de la Tierra. Incluso llegó a pensar que el mensaje “Debe ganar” se relaciona con su némesis y que, en todo caso, debe buscar la fusión de los dos reinos, porque así los Dioses Antiguos pueden intervenir. De ese modo, Raiden es confrontado por Liu Kang, ya que sus decisiones ocasionaron las muertes de sus compañeros. En medio de la discusión, ambos se enfrentan y el ‘Dios del trueno’ lo mata ya que su electricidad reacciona con una bola de fuego que ocasiona que el héroe termine incinerado.

Finalmente, Shao Kahn entra al Reino de la Tierra y mientras avanza para eliminar a Raiden en un evento similar a los del pasado Armagedón, de pronto los Dioses Antiguos intervienen y le devuelven la fuerza. Con ello, el personaje eléctrico obtiene la victoria, pero el costo asumido fue muy alto y no pudo evitar tener un sentimiento de culpa y tristeza. Además, decide unirse con Johnny Cage y Sonya para atender a los guerreros caídos y reconstruir el Reino de la Tierra.

¿Por qué dijo la frase “hay destinos peores que la muerte”?

En Mortal Kombat 11, se aprecia a Shinnok derrotado y completamente inmovilizado. En eso Raiden procede a torturarlo al electrocutarlo en reiteradas ocasiones. No obstante, el villano se burla del ‘Dios del trueno’ asegurando que sus esfuerzos serán en vano, ya que al ser un Dios Antiguo este no podrá morir fácilmente.

Pese a ello, Raiden le da la razón y le responde diciendo “hay destinos peores que la muerte”, en referencia a que no necesita acabar con su vida para hacerlo sufrir. Por ello, procede a decapitarlo y asegura que entregará su cabeza a Liu Kang y a los esbirros del infierno como una muestra de advertencia al resto: un emblema de su ira.