Preocupación en la industria de videojuegos tras la tercera ola de despidos en Unity Software
Unity justificó los despidos como parte de su estrategia de crecimiento. Es la tercera reestructuración en menos de un año.
Unity Software, uno de los motores más utilizados en la industria del videojuego, anunció recientemente una tercera ola de despidos en menos de un año. Esta reestructuración afectará a unos 600 trabajadores, es decir, alrededor del 8% de la plantilla. La empresa afirmó que dicho cese laboral se limitará a "equipos concretos" y que es necesario para su "posicionamiento dentro de un crecimiento rentable a largo plazo".
Además de los recortes de personal, Unity también cerrará varias oficinas en todo el mundo, reduciendo su número de 58 a menos de 30. La compañía ya había anunciado otras dos rondas de despidos en enero de este año y en el 2022. En dichos periodos, se fueron 300 y 200 empleados, respectivamente.
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Es irónico que Unity haya anunciado ingresos récord por valor de 1.390 millones de dólares el año pasado —el cual fue su primer trimestre con beneficios desde que la compañía salió a bolsa en 2020—. Sin embargo, su CEO, John Riccitiello, afirmó que había "revaluado nuestros objetivos, estrategias y prioridades a la luz de las actuales condiciones económicas. Aunque seguimos centrados en la misma visión, hemos decidido que debemos ser más selectivos en nuestras inversiones para ser más fuertes como compañía".
El anuncio de los despidos de Unity se suma a una tendencia negativa en el sector tecnológico. Por ejemplo, el panorama fue igual en Google, Microsoft, Meta, Twitch, Electronic Arts, Take-Two o Riot Games. Es una señal preocupante para el mercado de los videojuegos, ya que su motor es una herramienta importante para muchos desarrolladores independientes y pequeños estudios.