Desde el 2001 decenas de familias provenientes de las comunidades nativas de Paoyhan y Puerto Bethen (Coronel Portillo, Ucayali), se asentaron en Cantagallo, a pocos metros del cauce del río Rímac. Desde ese lugar, luchan por mantener su identidad en Lima, una ciudad que dice ser de todos. Su cultura y cosmovisión mantiene unido a los shipibos-conibos de la comunidad nativa Cantagallo. Ellos han traído un poquito de su mundo amazónico a la metrópoli capitalina. Ese mundo es captado por el lente de nuestro colaborador Ángel Chávez. Descúbralo en esta galería.