Colectivo de mujeres diversas, desde diferentes trayectorias, tendencias políticas, territorios y experiencias, que se levantan en voz unida con el...
Hoy, entre las uvas, el color amarillo, y las cábalas de Año Nuevo, los peruanos definimos nuestros propósitos para el año que inicia: salud, trabajo, bienestar y sentirnos más seguros en las calles. Pero, más allá de los deseos personales, ¿qué propósito debería abrazar el Estado para mejorar realmente nuestra calidad de vida? Mi respuesta es clara: que, desde el 2026 y en adelante, la evidencia científica y técnica deje de ser solo un discurso académico y se convierta en la columna vertebral de las decisiones en política pública que se toman en nuestro país.
En salud existe lo que llamamos el "valle de la muerte”: esa tierra de nadie donde los descubrimientos científicos mueren porque no logran convertirse en políticas públicas y, por tanto, no llegan a beneficiar a la población para la que fueron diseñados. En el último año, ese valle nos ha pasado la factura. Hemos vivido una inflación legislativa donde la desinformación, las economías ilegales, los conflictos de interés y las decisiones sustentadas más en ideologías que en evidencia han marcado la agenda.
Los colegios profesionales, sociedades científicas y especialistas han emitido opiniones técnicas sobre proyectos de ley que representaban riesgos para la salud pública, duplicaban marcos normativos existentes o promovían el ejercicio ilegal de la medicina. A esto se suma la inestabilidad en el Ejecutivo, y la ausencia de una carrera pública meritocrática, con cambios constantes de autoridades que han debilitado la gestión y generado situaciones críticas, como el desabastecimiento de medicamentos esenciales.
Para el 2026, el principal desafío es construir políticas públicas desde la evidencia, con articulación temprana entre autoridades, especialistas y científicos. Que entendamos que la racionalidad técnica no es opcional, es la única base para construir un sistema de salud justo y eficiente. Menos intuición y más ciencia: ese es el único brindis que garantiza un futuro mejor. ¡Feliz Año!
Colabora Magaly Blas Blas. Médica, investigadora y doctora en Salud Pública.

Colectivo de mujeres diversas, desde diferentes trayectorias, tendencias políticas, territorios y experiencias, que se levantan en voz unida con el objetivo común de rehabilitar la esperanza en la construcción del país. Se comprometen y convocan a un diálogo abierto, y a tejer lazos para contribuir a un proyecto democrático que impidan que el autoritarismo y la corrupción se apoderen de las instituciones.