Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero...
Con 35 votos a favor de su censura, Juan José Santiváñez no corre mucho peligro político. Quienes contribuyeron a censurarlo la vez pasada ya no están allí. Se han desanimado por la maniobra de Dina Boluarte, o han cambiado de opinión sobre el actual ministro de Justicia. En efecto, no parece buen negocio sacar a Santiváñez de en medio si preside Boluarte.
Con el paso del tiempo los peritajes han revelado un flagrante reguero de mentiras de Santiváñez en el tema de su voz en audios comprometedores, a la que declaró falsa. No es así, pero él va a seguir negando esa realidad todo lo que pueda. Ayer con el compinche Culebra, ahora último con el primer ministro. Aunque eso no basta para censurarlo, parece.
Lo interesante en todo esto es que pone en jaque la hipótesis de que el pacto político del poder tomará distancia de un gobierno desacreditado, apenas pueda. Pero ahora da la impresión de que todos van a seguir juntos hasta el final, aprovechando los beneficios del Poder Ejecutivo. En eso quizás Santiváñez es una pieza clave.
Otra hipótesis: un gobierno con personajes cada vez más desacreditados ante la ciudadanía le sirve a los grandes partidos para distraer de sus propios problemas. Quejarse de Santiváñez en lugar de quejarse de César Acuña u otros políticos similares. Así, el excensurado podría funcionar como el gran pararrayos de la Nación.
Tercera hipótesis: una fuerte dedicación a perseguir al elenco impresentable del gobierno le viene impidiendo a la izquierda y al centro articular planes electorales convincentes desde el partidor. En este terreno las encuestas hablan de una crisis del progresismo en la campaña que se va iniciando. No basta la fe en el sur andino.
Cuarta hipótesis: con un ministro como Santiváñez suelto en plaza y frente a micros públicos o secretos, todos los demás ministros ganan puntos, algunos incluso muchos. Esto tiene que ver con el derby de los ministros aspirantes a candidatear. ¿Para qué censurarlo si va a regresar por la puerta falsa en poco tiempo?
Los ministros tienen hasta el 13 de octubre para renunciar al cargo. ¿Dónde van a ir? Santiváñez va a ser la bisagra entre Boluarte y la derecha del Congreso. Pero esa ya es otra hipótesis.

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco X. Cero Facebook. Cero Instagram, cero TikTok. Poemario más reciente: Chifa de Lambayeque (Lima, Personaje Secundario, 2024). Próximo poemario será la quinta edición de Sobrevivir. Acaba de reeditar el poemario Los asesinos de la Última Hora (Lima, Cepo para Nutria, 2025).