Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero...
Una rápida mirada a las precandidaturas que ya se ventilan en los medios sugiere que los políticos con trayectorias honorables son los más dispuestos a dar la cara temprano. Por lo general, son cuadros de partidos establecidos que muestran disposición a competir, aunque sin verdadero entusiasmo. Suelen dejar la decisión final en manos de sus correligionarios.
En cambio, persiste la sospecha de que los peores precandidatos están agazapados —por no decir ocultos—, esperando un momento de amnesia nacional para lanzarse al ruedo con el menor número de problemas posible. La apuesta es simple: mientras no se expongan, nadie podrá restarles votos recordando sus anticuchos políticos. Aunque, como siempre, hay algún caradura que no se molesta en disimular.
El discurso electoral ya empieza a reconocer la posibilidad de que el pésimo elenco político que hoy gobierna vuelva a repetirse. La única salida que se propone es pedir al electorado que se mantenga muy atento. Pero los peores recurrirán a la mentira, a la publicidad engañosa y, cómo no, a los abogados de siempre.
En verdad, se le está pidiendo un milagro a la ciudadanía: que, tras haber entregado en 2021 el triunfo a políticos en su mayoría lamentables, ahora evite repetir la historia en 2026. Mismo electorado, mismos candidatos: ¿cómo podría cambiar algo? Revisar con lupa la hoja de vida es, más o menos, lo que recomienda la ONPE con rostro adusto.
El milagro al que nos referimos es el de evitar a los malos conocidos. Sin embargo, con tantos partidos, circunscripciones y candidaturas, surge un problema aún mayor: el de los malos por conocer. Quizá el electorado posea un radar especial para entregar su voto justamente a los peores. Y no olvidemos que, en el caso del Congreso, ahora es posible la reelección.
En plena era digital, las autoridades electorales peruanas no cuentan con la capacidad para detectar malandrines entre quienes buscan integrar la planilla del Estado. Quienes terminan estafando al fisco suelen empezar estafando al electorado. Y con cerca de 10,000 postulantes en competencia, la estadística no ayuda demasiado.
La esperanza del país radica en que surjan nuevos políticos, sin las rémoras de la actual clase dirigente. Ciertamente, no estarán en los partidos que falsificaron firmas para inscribirse y fueron perdonados por el JNE. Tampoco entre quienes buscarán repetir el plato parlamentario. ¿Dónde estarán, entonces? Buenos candidatos: háganse visibles.

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco X. Cero Facebook. Cero Instagram, cero TikTok. Poemario más reciente: Chifa de Lambayeque (Lima, Personaje Secundario, 2024). Próximo poemario será la quinta edición de Sobrevivir. Acaba de reeditar el poemario Los asesinos de la Última Hora (Lima, Cepo para Nutria, 2025).