Colectivo de mujeres diversas, desde diferentes trayectorias, tendencias políticas, territorios y experiencias, que se levantan en voz unida con el...
(*) Por Ariela Luna Florez, médica y antropóloga. Exministra de Desarrollo e Inclusión Social, en coautoría con Keyla Yllaconza y Edith Martínez e Yvany Tafur.
La depresión posparto no es un susurro escondido entre paredes domésticas: es un problema de salud pública que amenaza a las madres y al desarrollo de miles de niñas y niños. En nuestro país, entre el 13.4% y el 31.3% de mujeres atraviesan este trastorno.
Sin una intervención oportuna, la depresión perinatal puede desencadenar consecuencias negativas en la salud de la madre (PSI, s.f.) y afecta también al bebé: un hijo o hija tiene 1.8 veces más riesgo de desarrollar un apego inseguro (MEF, 2019), lo que compromete su bienestar emocional y sus capacidades cognitivas. El costo se multiplica a nivel social: menor productividad, menor ingreso y un ciclo de desventaja que se arrastra por generaciones.
Pese a la magnitud del problema, las intervenciones de primera infancia en el Perú han dejado pendiente esta urgencia. Ninguna aborda de manera sistemática y prioritaria la salud mental materna. La depresión perinatal no distingue edad, nivel socioeconómico, cultura o raza (PSI, s.f.).
Una propuesta concreta busca revertir esa omisión: incorporar la prevención y el tamizaje oportuno de la depresión perinatal y el estrés de las madres en los servicios de salud materno-infantil, capacitando a las y los proveedores en habilidades comunicativas y detección temprana, aplicando tamizajes a gestantes y puérperas.
La región de Madre de Dios ha sido señalada como piloto urgente. Allí, el 15.7% de cuidadores presentan ansiedad o depresión, el 32.6% altos niveles de estrés parental y el 60.4% de niños menores de 18 meses están en riesgo de afectación socioemocional. Con altos índices de fecundidad adolescente y precariedad estructural, la región refleja la deuda nacional, según la ECIC 2024.
La inclusión de acciones de prevención e intervención de la depresión materna en el programa presupuestal por resultados es el paso inicial. Priorizar la salud mental materna es vital para el desarrollo infantil y es reconocer que cuidar a las madres es cuidar el futuro del país.

Colectivo de mujeres diversas, desde diferentes trayectorias, tendencias políticas, territorios y experiencias, que se levantan en voz unida con el objetivo común de rehabilitar la esperanza en la construcción del país. Se comprometen y convocan a un diálogo abierto, y a tejer lazos para contribuir a un proyecto democrático que impidan que el autoritarismo y la corrupción se apoderen de las instituciones.