Exministra de Justicia y Derechos Humanos. Abogada.

Saldo insuficiente, por Marisol Pérez Tello

¿Le diríamos a un maestro con vocación que renuncie porque uno plagió para ascender? ¿A un empresario que cierre su negocio porque hay explotadores? Eso solo genera vergüenza ajena y cólera. Porque manchan lo que otros queremos dignificar.

La democracia, los partidos políticos, los políticos: hoy no tenemos la confianza de la gente. No queda saldo, se acabó el crédito.

Gente decente es espantada de una política que hoy parece gobernada por la hipocresía, la traición, la corrupción y la mediocridad. La tentación es no entrar o salir corriendo. Pero, eso no es un problema de la política, sino de haberle dejado el espacio a la gente incorrecta.
"Sal de ahí, es un asco", es la frase que se repite.

Pero, en mi caso, sería como pedirle a un periodista que deje el periodismo porque algunos se venden, o a un militar que abandone el uniforme por culpa de quienes violaron derechos humanos.

¿Le diríamos a un policía honesto que se retire porque otro coimea? ¿A un maestro con vocación que renuncie porque uno plagió para ascender? ¿A un empresario que cierre su negocio porque hay explotadores? Eso solo genera vergüenza ajena y cólera. Porque manchan lo que otros queremos dignificar.

Por la misma razón, yo no dejo la política. Es la forma que encontré hace muchos años de transformar un país que amo, aunque muchas veces no me guste. Me da rabia y tristeza el abandono, cuando sé que se puede hacer tanto. Y no puedo taparme los ojos.

Los espacios se ocupan. El país no cambia desde una mesa de análisis, tomando café, ni solo con discursos. Se cambia trabajando, aunque duela, aunque la política por ahora desprestigie. Se hace con honor, pasión y compromiso. No por titulares ni por aplausos.

Soy peruana y tacneña, forjada en el valor, en el diálogo, en la comprensión del otro. Con mil defectos, pero ninguno vinculado a la corrupción ni a la vanidad del poder, seguiré haciendo política, luchando contra lo que pretende doblegarnos. Para que la gente vuelva a confiar. Con hechos.